República de las Letras

La desbandá

Almería tiene una deuda de dolor y sangre para con aquellos desgraciados y su memoria. Por Humanidad

Se cumplen 86 años de la Desbandá, aquel trágico éxodo de los habitantes de Málaga hacia Almería cuando la primera fue ocupada por Queipo de Llano y las tropas italianas que vinieron a apoyarle, durante la Guerra Civil. 100.000 personas -según algunos autores, muchos más- huyeron despavoridos de la represión fascista a pie, tirando de sus hijos, sus miserables enseres y su hambre, y marcharon más de 200 kms. por la carretera de la costa, luego C.N. 340, acosados por tierra y aire, y bombardeados por el Canarias, el Baleares y el Almirante Cervera. Tenemos numerosos testimonios de la tragedia, del genocidio que perpetraron Franco y Queipo sobre aquellas pobres gentes inermes. Uno de ellos es el de Norman Bethune, médico canadiense de las Brigadas Internacionales, que, impresionado por la masacre utilizó su furgón sanitario para traerse a Almería a cuantos pudo, mujeres, niños, viejos, desde Adra, en múltiples y desesperados viajes de dolor y rabia: "Llevo a España en mi corazón", escribiría después. La población de Almería creció de pronto, en unos días, en más de 50.000 personas, familias enteras acampadas por las calles, en los portales, en los hospitales, incluso debajo y dentro de los dos cables, el inglés y el francés. Desasistidos, enfermos, hambrientos, la ciudad -y el gobernador civil, Gabriel Morón, socialista, a la cabeza- no los atendió y solo instituciones como el Socorro Rojo, la Cruz Roja y los Cuáqueros los acogieron humanitariamente. ¿Cuántos quedaron en aquella carretera llamada ahora de la Muerte? 6000 según algunos. Muchos más, afirman otros. Qué fue de ellos después, es, en la mayoría de los casos, una incógnita. Se dice que llegaron a Cataluña, a Francia. Y que nunca más volvieron.

Almería tiene una deuda de dolor y sangre para con aquellos desgraciados y su memoria. Vuelvo a solicitar de este Ayuntamiento que nombre el parque construido mas allá de Pescadería como PARQUE DE LA DESBANDÁ Málaga-Almería, Febrero de 1937. Y que se complete con un MONUMENTO A NORMAN BETHUNE por su heroica actuación en favor de la víctimas de la Desbandá durante la Guerra Civil Española. Febrero de 1937, monumento que debería instalarse en la Rotonda de Pescadería, mirando hacia levante con los brazos abiertos. Sea cual sea la ideología propia, el Humanitarismo es un sentimiento universal y la Memoria Democrática debe estar por encima de la actualidad política.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios