Todo un despropósito

12 de noviembre 2025 - 03:12

Lo que vemos en este mundo cada día se pone más turbio. Una sociedad polarizada con grandes problemas como el de la vivienda. Triste que la generación, supuestamente más preparada, o eso nos decían, sea un 30 % más pobre que sus propios progenitores. El sistema y el comodismo del país han hecho que la clase media en España desaparezca, es decir, cada vez más ricos y más pobres. El otro día, paseando por la calle Serrano de Madrid, me sorprendí de cómo todas las grandes tiendas de lujo, terrazas (donde una copa te cuesta 24 euros) estaban completamente llenas. Ese mundo crece y lo que aparentemente se considera normal, desaparece. Lo que es impensable es que los padres tengan una pensión mayor que la mayoría de los sueldos de sus hijos. Con esto no quiero decir que las pensiones tienen que bajar, si no que los ‘curritos’ tendríamos que cobrar más. Es un sistema insostenible. Lo que más me preocupa es que la rueda crece y los que vienen por detrás tendrán peor y así estará hasta que el sistema explote. No es normal que la mayoría de jóvenes no puedan comprarse una casa. No un chalet, una casa de 80 metros cuadrados para poder formar una vida con algo de estabilidad y dignidad. ¿De dónde saca un joven que cobra 1.500 euros al mes el 20 % del valor de la casa ahorrado? Es realmente difícil y, si vives en una ciudad como Madrid, Barcelona o San Sebastián o Málaga, ni te cuento. Miren, tener una casa no es una cosa de ricos o pobres; es algo que todo trabajador tiene derecho a obtener. Antes, si no se podía, no te quedaba más remedio que alquilar, pero un alquiler bastante asequible para poder ir tirando. Antes, un trabajador con un sueldo muy normalito podía comprarse su piso y su apartamento en la playa; ahora ni puedes soñar hacer eso e incluso no puedes irte cinco días a la playa porque un hotel corriente (higiénico y sin cucarachas) te sale a más 100 euros la noche. La cesta de la compra es impensable; el otro día, haciendo cálculos para realizar un plato como unos callos, te sale igual que si te los comes en el bar de abajo (aunque también tienen lo suyo). Entre el precio de los callos, el tiempo y la luz que gastas, te sale más o menos igual (céntimo arriba o abajo). Todo se ha convertido en un despropósito. No sé cómo llegará alguno a la jubilación, pero todo esto debe explotar dentro de muy poco.

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