El ejemplo de Susana

09 de julio 2025 - 03:09

Estamos seguros de que con Pedro Sánchez en el poder y el sanchismo campando a sus anchas en España no se nos va a prohibir escribir, hablar, como en los tiempos de Franco? Me van a decir que soy un exagerado, y es posible, pero hay ejemplos que claman y que de vienen a decir lo que estos caballeros, hijos, primos y hermanos del sanchismo, son capaces de hacer con las voces libres dentro y fuera del socialismo. Si con los suyos son tan sectarios, se les hace trampas en las primarias y hasta se les prohíbe hablar en cursos de una universidad, qué no pueden hacer con el resto del personal. A Susana Díaz, aquella sultana socialista que estuvo al frente de la Junta de Andalucía, se le invita a participar en un curso de verano de una universidad sevillana. Y la mujer acepta muy gustosa el estar en el mismo. Ya se sabe que estas participaciones casi siempre tienen una pequeña compensación económica, por lo que no viene mal para unas gambitas en la noche sevillana en la ribera del Betis.

La universidad recibe ayuda económica, subvenciones de la Diputación, que está en manos del Psoe, mejor habría que decir en la de los sanchistas, y comienzan los aprietos ante el rector para bajar del curso a la sultana. Y lo consiguen, como no. Unos con su dinero, otros por su cobardía y venta a las subvenciones de la diputación. Si a la expresidenta de la Junta sus compañeros no le dejan hablar, ¿qué pueden hacer con el resto de los que nos dedicamos a juntar letras en grandes o pequeñas provincias como la nuestra? Lo último que hemos conocido es que, en las primarias de junio del 21, en Almería se vertieron en las urnas votos falsos a favor de Espadas. ¿También, Almería?

El ejemplo que ha vivido Susana en su tierra y de la mano de su propio partido llena de miedo a la prensa que desea seguir siendo independiente. Si con las leyes aún por aprobar son capaces de tomarse la libertad vista y comprobada con Susana, el día que las tengan aprobadas, mejor es que nos vayamos preparando, pues van a caer sobre nosotros como esas plagas de mosquitos que asaltan las calurosas noches de algunos pueblos de Almería y no te dejan ni dormir. Contra los mosquitos siempre tendremos a mano a un aerosol que los deje patidifusos, pero, ¿qué hacemos contra estas leyes y estos sanchistas? Votar. Cierto, votar, pero para cuando lleguen esas votaciones en el 27 habrá que empezar a contar los que hayan quedado con ganas y fuerzas para hacerlo.

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