Empresarios vs. explotadores

En el acto de celebración del 2º aniversario de la Fundación Almería Tierra Abierta (ALTA), Sergio Viñolo, CEO de la empresa Luxeapers, dijo: “no puedo dormir bien si la gente que trabaja conmigo ocho horas no tiene luego un sitio digno donde dormir y vivir”. Para los que no sepan qué es Luxeapers, se trata de una empresa modélica, ubicada en Nacimiento, que exporta a más de cien países sus elaboraciones de alto nivel gastronómico. También habrá muchos almerienses que no conozcan ALTA, una fundación comunitaria, única de su clase en Andalucía, que se dedica a “mejorar la convivencia entre migrantes y autóctonos, reducir la brecha social, la promoción de un modelo social que fomente la cohesión y trabajar por una sociedad más justa que aproveche el valor social que aporta la multiculturalidad”. Por suerte, además de Luxeapers hay unas cuantas empresas del más alto nivel, encabezadas por Cosentino, Cajamar y Coexphal, que están involucradas en la fundación.

Por el contrario, esta mañana hemos leído la noticia de la detención de dos empresarios agrícolas que tenían a nueve trabajadores ilegales, sin dar de alta por supuesto y, como informa este Diario, “les exigían abonar parte de su futura cotización como condición para regularizar su situación”. Lo de “futura” suena a cachondeo porque llevaban con ese “sistema” desde 2021 y se ve que no han tenido tiempo de rellenar el papeleo. El beneficio ilegal obtenido lo calcula la Policía en 80.000 euros. El contraste de esta actitud con la de la mayoría de empresarios hace lamentar que ambos se denominen con la misma palabra. Y que traten de competir en los mismos mercados. Además de ser una competencia desleal contra los que sí cumplen las leyes, perjudican al conjunto agrícola. Las exportaciones del agro almeriense (sin contar las de la potente industria auxiliar) han vuelto a batir su récord: en la campaña 2024-25 han superado por primera vez los cuatro mil millones de euros, concretamente 4.148,53. Este éxito motiva que estemos aun más en el punto de mira de los países competidores para buscarnos defectos y sacarnos del mercado. Sus críticas van a los oídos sensibles de los consumidores europeos, preocupados por el medio ambiente y por la explotación de los trabajadores. No estaría mal que la mayoría de los empresarios (y de la sociedad almeriense) se implicara en los fines de ALTA: diríjanse a https://almeriatierraabierta.es.