Enrocado en sí mismo

17 de diciembre 2025 - 03:06

Es impresionante e irracional la burbuja en la que vive el presidente del Gobierno. Sánchez está en un estado en el que no quiere ver lo que hay. Me lo imagino dándose golpes encima de la mesa y calmándose diciendo: “Tengo que seguir, tengo que seguir”.

Lo que pasa es que ya hasta él mismo no sabe cómo afrontarlo y por dónde salir. El lunes pasado, creo que hasta su propio partido lo sabe, hizo un ridículo espantoso con su balance del año. Creo que está llegando a un punto en que genera pena, por cómo defiende lo indefendible.

Como decía un tertuliano el otro día, la izquierda que no comulga con Sánchez se ha quedado huérfana. Es decir, por culpa de la cabezonería de Pedro Sánchez, muchos socialistas de toda la vida no votarán al PSOE. Ahora mismo la situación es de las más tensas vividas en los últimos tiempos. Presunta corrupción, pero lo que más ha dolido, sobre todo al feudo socialista, han sido los casos de acoso sexual.

Una situación indigna que ha puesto casi en la puerta a la dirección del partido. Ahora sí, en este momento, muchos ministros agachan la cabeza frente a algún compañero cuando se les pregunta por la situación. Eso sí, públicamente todo es genial y hay que seguir apoyando al jefe como sea. El problema es que la historia está llegando a un final negro. Me refiero a las nuevas informaciones sobre el gran padrino de Sánchez, el señor Rodríguez Zapatero.

Suena el tema del rescate a la aerolínea Plus Ultra y algunos ya empiezan a recabar información sobre lo que llega o no de Venezuela. Ese punto es el origen de toda esta historia y del sanchismo. En resumen, imagino que ZP incitó a Sánchez a ser presidente. Al principio salió rana y luego, lo consiguió. El problema que ha tenido Sánchez ha sido poner a los cafres que ha puesto, Cerdán, Ábalos o Leire.

Podemos llegar al final, pero el presidente sigue enrocado y, por mucho que los socios sigan amenazando, no pasará nada. De hecho, Sumar, si despieza el pacto de Gobierno, desaparecería y los demás, ERC, Junts o Bildu están condenados a vivir de ellos.

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