Un relato woke de la extrema izquierda
Esperando la primavera
Hace unos meses se hablaba de que la sentencia contra el ex fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, iba a ser el final del Gobierno de Sánchez. Una vez más, nada le hace pensar que convoque elecciones. Moncloa sabe que están agonizando poco a poco, pero saben también que llegará la buena racha. Saben que Koldo, Ábalos o Aldama sacarán diarrea por la boca acusándoles de todo, pero ahora la estrategia es decir que son gente enfadada con el partido y que nada tienen que ver ya con Ferraz. El cuento de que ya “no pertenecen al PSOE” es un discurso que ha calado en el votante sanchista y que algún periodista lo da también por hecho. Lo que más daño, imagino que les ha pillado de improvisto, han sido las denuncias por acoso sexual a Paco Salazar. Repugnante, y lo peor de todo es que se intentó tapar lo que ocurría en la sede socialista. Imagino que para las mujeres del partido ha sido algo fuerte que incluso ha hecho temblar solo un poquito al presidente, porque ya saben que por un oído le entra y por otro, le sale. Aunque el señor Sánchez sabe como nadie fruncir el ceño o pedir varias jornadas de reflexión para decidir su futuro. Lo que está claro, es que los palmeros de Sánchez han salido ranas. Siempre digo que los asesores de Moncloa son bastante eficaces para las estrategias políticas, pero por lo que se ve en el partido, el ojo clínico de recursos humanos ha sido nefasto. Además, las actuaciones de Salazar, Koldo, Ábalos o Cerdán superan la ficción y esa España donde veíamos a Jesús Gil bañándose con las Mama Chicho de la tele. Todo tan casposo que a Santiago Segura le vendrá de perlas para recrearse en sus propias películas de Torrente. Como les decía al principio, ellos saben que vienen unos meses de 2026 complicados, pero tienen en la cabeza algo que les hará resurgir. Les hablo del juicio de la Kitchen que se celebrará esta primavera. Verán que el armamento dialéctico será muy alto y una vez más, esta batalla de la corrupción la ganará el presidente. Principalmente porque saben manejar los tiempos y contraatacar bien en comparación con los populares. Los socios gritarán a favor y la ruleta seguirá hasta 2027. Así que para aquellos que dicen que esto es el final, creo que se equivocan. Aquí, nadie se despegará del sillón.
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