OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
Estamos ante dos municipios que han vivido la desaparición de una gran empresa de su suelo, dejando perder cientos de puestos de trabajo. Las dos tuvieron la visita de los políticos, las dos recibieron promesas, las dos se lo creyeron. Y siguen esperando. Un día se reúnen Junta y ayuntamiento del municipio naranjero para buscar fórmulas pasa la creación del empleos. Es de imaginar que esa reunión, era debido a todas las promesas anteriores, todos los compromisos de los políticos se han quedado en agua y borrajas. Nada extraño ni sorprendente si estamos tratando con las promesas de los llamados padres de los patria. La fábrica de cemento no ha desaparecido, sigue ahí, levantada, muriendo cada día, dejando la imagen de la derrota de un pueblo y de una sociedad. Llegaron las promesas de los gobiernos, Junta y Central, y con el paso del tiempo ¿qué es lo que de verdad ha llegado de aquellas promesas, de los fórmulas que se iban a poner en marcha en el pueblo de Gádor? Lo dijimos en su día. No moverán un dedo para sacar adelante el municipio, y ahora, con el paso de los tiempos tenemos la constatación de que no andábamos desencaminados. Nada se hizo en estos años, y van unos cuantos. Es el momento de una nueva tormenta de ideas. Es lo único que saben hacer, pero ninguna tiene un final feliz. Carboneras está viviendo la misma historia de Gádor, una gran empresa desapareció de su suelo, dejando muchas familias sin trabajo, sin esperanza para que la nueva juventud del pueblo pudiera, como ocurrió con sus padres, tener un puesto de trabajo en el futuro, y con un ingreso perdido por el ayuntamiento. Hubo las mismas promesas que en Gádor, se reunieron los mismos políticos, y se abrieron con grandes titulares las fórmulas para la llegada de proyectos que se iban a poner en marcha. Ha pasado menos tiempo, cierto, pero aparte de alguna mano de pintura en barrios, y estudios realizados en alguna empresa madrileña de cara al futuro, nada se ha visto en realidad entre los límites del municipio. No les extrañe que la Junta de Moreno Bonilla y el ayuntamiento de Carboneras, y lo mismo que ha ocurrido en Gádor, se lance una nueva tormenta de ideas para intentar recuperar algunas de las propuestas prometidas hace unos meses en Carboneras y que recogieron los medios de información, y de las que, tristemente, no se ha vuelto a hablar en el pueblo, mucho nos tememos que se queden en los oscuros cajones del olvido de los despachos de los políticos, ahora amenazan con placas solares. Hablar, hablar, pero lo que es hacer… Como el refugio pesquero de la Isleta del Moro. País de políticos.
También te puede interesar
OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
Un relato woke de la extrema izquierda
En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
La ciudad y los días
Carlos Colón
Lo único importante es usted
Lo último