Un gobierno de programas del corazón

Entretenimiento político a más no poder. Al menos, nos quedan alegrías como ser un equipo de primera

Lo de este Gobierno es peor que el culebrón de Belén Esteban con el extorero y exitoso cantante de 'Toda', Jesulín de Ubrique, en el programa de 'Tómbola'. ¿Qué más puede pasar en esta coalición? La última ha sido este pasado lunes en la celebración del 40 aniversario de la entrada de España en la OTAN. Un acto donde la representación institucional era clave, pero los ministros de Podemos boicotearon y no acudieron a la foto. Para colmo ese mismo día, realizaron una rueda de prensa en la que rechazaron la integridad de nuestro país en el organismo internacional y anunciaron que no acudirán a la cumbre que se celebrará a finales de este mes de junio. Esto, a nivel diplomático e institucional, queda muy bonito delante de Europa. Lo mejor de todo es que Sánchez sigue eludiendo el problema que hay dentro de la Moncloa. Este Ejecutivo huele a cerrado, como diría Rufián. Asistimos, una vez más, a otra pelea de críos. Lo bueno es que la señora Díaz sigue sonriendo y el IPC sigue desmesurado. La lista de la compra nos cuesta este año 500 euros más que el año pasado, pero ahora lo verdaderamente importante, es seguir diciéndonos que el tope del precio del gas estará listo en 10 días. Llevamos 68 días desde que "Ribera&company" nos vienen diciendo esto. Si el famoso polígrafo de Conchita atendiera a las respuestas de la ministra, explotaría. Miren ustedes, aquí lo importante es sacar pecho como hizo el presidente del Gobierno en Davos y decir que somos la repera. Lo afirmó y lo reafirmó al mismo tiempo que saltaron los titulares desde Bruselas alertando sobre el futuro económico que le espera a España. Y lo peor estar por llegar en el Consejo de Ministros. Será cuando Sánchez tenga que acudir al psicólogo con la decisión del Tribunal Supremo ante los recursos sobre los indultos del 'procés'. Un recurso con una documentación del exministro de Justicia, Juan Carlos Campo, en donde explica que no había "razones" para concederlos. Un sinfín de políticas en desacuerdo que ha vuelto a oler a rancio porque esta semana no ha venido Juan Carlos I de fiesta por Sanxenxo. Cualquier líder europeo que vea este bochorno entre los jefes de su Gobierno abriría los ojos y los movería como lo hacía Marujita Díaz. Les reflejo estos personajes porque esta historia entre PSOE-Podemos e independentistas es algo ya clásico como una tarde de 'Sálvame' con pelea de Kiko Hernández y Carmen Borrego. Entretenimiento político a más no poder. Al menos, nos quedan alegrías como ser un equipo de primera.

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