OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
Pendientes de los desamores de Rosalía, en agosto apenas nos hemos enterado de algunas noticias menores, como que el hospital La Paz, de Madrid, el mejor de España según distintas valoraciones, almacena 11.600 muestras sin analizar por falta de personal. El tiempo es vital para tratar al enfermo oncológico, pero si tardan tres meses en darle el resultado de la biopsia… También hemos sabido, siguiendo con Oncología, que hay esperanzadores tratamientos que no están financiados por la Sanidad Pública, al contrario de lo que ocurre en muchos países de Europa, y si no dispones de unos 6.000 euros mensuales para pagártelos, ya tardas en hacer el testamento. ¿Y qué hace la izquierda, porque la derecha, por lo general, de lo que entiende es de hundir todo lo público para privatizarlo, qué hace la izquierda, digo, para intentar detener este colapso sanitario? Si al menos alguna de sus lideresas mostrara las tetas en el Consejo Interterritorial de Salud… Para una cita en la Primaria, me da igual la autonomía, puedes esperar diez días, para el especialista pon varios meses, y luego las pruebas, la posible operación… Vamos hacia una sanidad pública de beneficencia, pero nuestra izquierda idiota prioriza otras cosas. En este ‘país de países’ hay ciudadanos que dicen tener su propia identidad y exigen un trato diferente (un trato mejor, nadie quiere diferenciarse para recibir uno peor), y hasta que no se resuelva la ‘cuestión territorial’ (a saber cuándo y cómo), que tanto preocupa a esa izquierda, si usted sufre un apechusque y no hay médico, búsquese la vida. También nos hemos enterado este verano de que los jóvenes se apalancan en casa de sus padres hasta los treinta, como mínimo, y que cuando consiguen emanciparse han de dedicar al alquiler casi el 80 por ciento de sus ingresos. Y ya no hablamos de la desigualdad social, el aumento de la pobreza y otras tonterías. ¿Y la izquierda qué hace? Estudia si la Constitución permite la amnistía que exige Junts…
Acordándonos de Lennon podemos decir que la vida es eso que pasa mientras intentamos encajar en el Estado a los catalanes que quieren desencajarse. ¿Una tarea estúpida? En absoluto: esos catalanes anhelan integrarse, pero como no se sienten queridos, lo expresan así. Hay que darles cariño... Aunque, por si acaso, la izquierda idiota ya piensa en preparar lo del referéndum.
También te puede interesar
OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
Un relato woke de la extrema izquierda
En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
La ciudad y los días
Carlos Colón
Lo único importante es usted