Lo malo es no tener dónde caerse vivo

18 de noviembre 2015 - 01:00

LO malo no es no tener dónde caerse muerto, lo realmente malo es no tener dónde caerse vivo. Y eso es precisamente lo que le pasa al Almería. Sabiendo que aún no ha muerto, porque mientras hay vida hay esperanza, tiene más pinta de zombie que de humano. El equipo volvió a ser inferior en casa, esta vez ante la Ponferradina, lo que vuelve a poner de manifiesto que las cosas no cuadran. Y ya no es la defensa. No vale decir que las bajas trastocan los planes, porque todos los de ataque y el centro del campo estaban para jugar, y en defensa tampoco se hicieron demasiado mal las cosas. Pero no hay oficio ni idea. El Almería juega por jugar, pero sin ningún estilo. Y eso me da que pensar. Y pienso que igual no tiene nada que ver con el entrenador y con ello le estoy dando la razón a Alfonso García con eso de que hay que 'rehabilitar' la plantilla y cazar a nuevos jugadores. El mercado de invierno, para el que ya no queda demasiado, puede poner solución a este entuerto. Habrá que fichar jugadores en todas las líneas pero, sobre todo, en el centro del campo. Un par de hombres que sepan tocar la pelota y acompañen con gracia el trabajo de un Fatau que se encuentra demasiado solo. Para mí, desde luego, es el hombre de esta temporada. Defiende y hace lo que puede en el tránsito de la pelota, pero cuando lo que tiene por detrás no funciona y lo de delante lo hace a ratos, su trabajo no sirve de nada y así lo demuestra el equipo, situado aún en los puestos de descenso. Así que lo que queda por ver es demasiado incierto. El presidente promete cambiar el rumbo pero el equipo dice lo contrario. El pasado era impresionante, la mejor plantilla de Segunda, y el presente es decepcionante, una de las peores. Razones y motivos hay para creer, pero son los mismos que han hundido al equipo en este arranque de temporada.

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