Matar al pintor en una cuneta

04 de diciembre 2025 - 03:07

En el momento de ser asesinado Alfonso Ponce de León era un joven pintor malagueño, muy prometedor, nacido en 1906, que se relacionó en Madrid con miembros de la Generación del 27, como Dalí, Buñuel, Maruja Mallo, García Lorca o Margarita Manso; esta última, que al parecer tuvo también un fugaz encuentro sexual con García Lorca, se convirtió en su esposa en 1933. Ponce de León residió en París seis meses en 1930, estrechando amistad con Picasso. Para Lorca pintó decorados de su teatro ambulante La Barraca. Coqueteó también con el cine, dirigiendo una película y colaborando en otra. Su breve pero intensa obra pictórica milita en una figuración de tintes surreales, mágicos o alegóricos, dentro de una estética realista emanada del estilo Art Decó, tan en boga por entonces. Un dibujo sólido y un cierto arcaísmo y un esencialismo constructivo, que deriva también de los primitivos renacentistas italianos. Pintó bodegones de sofisticada y elemental composición, inquietantes retratos y alguna escena de grupo. Resulta muy elocuente, en este sentido, cotejar su obra con la de Rosario de Velasco, tan sólo dos años mayor que él. Ambos eran miembros de la recién creada Falange Española. En 1936, pocos meses antes del inicio de la Guerra Civil, Ponce de León pintó un cuadro representándose a sí mismo en un accidente de automóvil. La obra, acaso la más conocida de su corpus, hoy en el Reina Sofía, posee una siniestra atmósfera nocturna, como un presagio turbador. En primer plano se ve el morro del coche y el cuerpo del conductor caído en la cuneta, su autorretrato. El pintor, que se ha herido en la cabeza con una piedra tras salir despedido del asiento, nos mira fijamente al tiempo que señala con su dedo índice la sangre que le brota por la frente. Es posible que haya expirado ya y su mirada sea inerte. La luz eléctrica rasante de los faros del vehículo añade un toque aún más inquietante a la imagen. En mayo presentó el cuadro a la Exposición Nacional de Bellas Artes, apenas dos meses antes del golpe de Estado. Su amigo Lorca fue asesinado en agosto por la extrema derecha granadina y a él lo secuestraron, justo un mes después, el 20 de septiembre, dos pistoleros comunistas muy cerca de su casa, en el Paseo de la Castellana 2, cuando paseaba con su mujer. Fue llevado a la Checa instalada en el Círculo de Bellas Artes. Lo mataron en una cuneta de la carretera de Vicálvaro y su cadáver abandonado fue encontrado allí nueve días más tarde. Al día siguiente también fueron asesinados su padre y hermanos.

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