Medio siglo
Equipo Alfredo
Público y privado: el cuarto oxímoron
Hemos estado a punto de no escribir esta columna y dedicar nuestro valioso y escaso tiempo, a partir de ahora, a prepararnos para el Premio Planeta del año que viene. La diferencia entre la cuantía del premio (y hasta la del finalista) con lo que nos pagan por la columna no ofrece dudas. Claro que, la competencia es feroz: este año se han presentado más de mil trescientos originales. Y es que un millón de euros no se gana todos los días. Aunque sea a repartir entre tres y deduciendo lo que se lleva Hacienda. No hay premio literario en el mundo tan generoso. O dispendioso, porque es dudoso que Planeta recupere semejante inversión: un millón doscientas mil en premios, más la retribución del jurado, más los gastos de los fastos, invitaciones a los medios, publicidad, gastos de imprenta, distribución…Por cierto, lo que no sabemos es lo que cobra el jurado.
Lo del jurado merece un párrafo completo. Está compuesto por figuras conocidas y reconocidas por lo que, en principio, parece difícil que sean manipulables. Sin embargo, todos los años parece que mucha gente sabe quién va a ganar a pesar de que la obra se presenta con nombre ficticio y con seudónimo, con el nombre del autor en plica aparte. Aquí quisiéramos ver al juez Hurtado desliando la trama de estas filtraciones. Es curioso que en los últimos años hayan ganado el Planeta locutores y tertulianos de la televisión y otros medios. Especialmente de los medios que controla Grupo Planeta de Agostini, como es el caso de A3media (Antena 3, La Sexta, Onda Cero y otros). Como grupo editorial posee setenta sellos de España y de América, entre ellos Seix Barral, Espasa, Tusquets, Ariel o Paidós. Por ahí, siendo mal pensado, es por donde se nos ocurre que pudieran “influir” en los prestigiosos miembros del jurado.
Las declaraciones del presente ganador, Juan del Val, son claras y sinceras: “yo hago literatura para la gente frente a la literatura para la élite intelectual”. Parece que desprecia a la élite. Por lo visto hay que aspirar a ser vulgar. Que deja más dinero. Por ejemplo, el Premio Nacional de Literatura está dotado con 30.000 euros. Usted ¿qué prefiere? ¿Un millón o 30.000? La respuesta es clara. Y que le den por saco a la calidad. Como dijo Machado: “La envidia de la virtud hizo / a Caín criminal. / Gloria a Caín, / hoy el vicio es lo que se envidia más”. Y donde dice virtud ponga calidad y donde dice envidia, ponga dineros.
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