No hay peligro

Lo acaba de anunciar el gobierno, y si lo dice el que manda desde la Moncloa, es palabra de Pedro I, el guapo: En Palomares no hay peligro de radiactividad. No sé los años que nos llevan diciendo lo contrario delegaciones de España y de EEUU que, tras visitar la localidad almeriense, han puesto fechas, cantidades de dinero por parte y parte y tiempo para llevarse las contaminadas tierras de Palomares. De aquellas reuniones salían decisiones que al final, quedaban en solfas y cuchufletas.

Al cabo de unos años llegaba otro gobierno a la Moncloa, y los ecologistas volvían a la carga, y de nuevo volvían las visitas, y los técnicos reconocían que había que retirar aquellas arenas contaminadas. De nuevo la prensa se hacía eco de las manifestaciones y de los adelantos logrados, pero, pasaban los meses, los años y los lustros también, y las arenas seguían en sus lugares habituales, sin que pala o camión se acercara a ellas para cubrir el expediente de hacerlas desaparecer del hermoso paisaje de Palomares. Queja de los ecologistas, que hay que reconocerles que son los únicos que han levantado la voz con fuerza en esta cuestión, y al final nos llega la solución definitiva, y no por el gobierno del pelirrojo burlón, que es de comprender que esté en contra de gastar dinero en llevarse unas tierras que no son raras ¡ay si lo fueran! sino que están contaminadas con la dichosa radioactividad. En esta ocasión el rejón caído sobre el lomo de los vecinos y de las arenas, lleva el sello de Moncloa y la voz de Pedro I, el guapo mensajero: en las tierras donde cayeron las bombas en la década de los sesenta no existe peligro para los seres humanos. Y a hacer puñetas vecinos. Esto es mío. O nos están engañando ahora, cosa que no es de extrañar con el gobierno y el presidente de los mensajes dedicados a sus colegas de partido y gobierno, o nos han estado tomando el pelo durante años los técnicos que venían, de uno y de otro estado, a medir la radiactividad de las tierras de Palomares. Lo mismo tenían los marcadores Geiger comprados en algún mercadillo chino, y no eran muy seguros a la hora de ofrecer los resultados. Lo miremos por el lado que ustedes quieran, nos lo tomemos a coña, que ya va siendo la única manera de tomarse a este gobierno, o lo hagamos en serio, cosa que no creo haga nadie hoy en día, lo cierto es que, entre unos y otros, nos han tomado el pelo. La arenas contaminadas de Palomares, si dependen del pelirrojo y del guapo, se van a quedar para siempre entre nosotros.