OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
La calidad educativa está sustentada en aquella portada por sus docentes. Según sea su formación, creatividad, conocimientos y, sobre todo, vocación, así se reflejará en la dinámica educativa desarrollada en el aula.
Formación, porque han de conocer las destrezas profesionales, poseer habilidades metodológicas y mediadoras, saber cómo es la realidad actual en las aulas, qué problemas existen según los entornos sociales. Todo ello les dotará de una visión previa antes de sumergirse en el rico, e ilusionante, pero a veces complejo, espacio académico.
Es necesario que los profesores sean creativos, ajenos a la rutina, siendo capaces de salvar las dificultades, que el desarrollo educativo presenta en cada momento, imaginando realidades pedagógicas nuevas, adaptadas a las características del alumnado, a sus deseos y motivaciones. Han de poseer ideas luminosas, aquellas que hagan prender la curiosidad entre sus alumnos, incitando su interés por aprender, el gusto por la cultura, ideando realidades metodológicas, dentro del currículo planificado y establecido, lo cual no impide presentarlo “vestido” para la ocasión, y oportuno, dentro de las reglas de una normal puesta en escena.
Pero toda actividad laboral ha de estar sustentada en una sólida vocación profesional, que resista la presión del intenso trabajo que surge en algunas ocasiones, manteniendo la ilusión inicial, siendo cada jornada una experiencia enriquecedora, que en vez de suscitar cansancio o amarguras, genere retos, desafíos que superar, ambición por hacer mejor las cosas cada día. La afición por la enseñanza, entendiéndola como labor de mejora de la realidad social, sabiéndose reconocido, pues el orgullo por la actividad desarrollada es inherente a estas ideas, es la base en la que se asienta la auténtica vocación.
Por último, dejo al final la explicación de por qué es necesario tener los conocimientos adecuados, pues son la fuente de donde surgen todas la cualidades arriba enumeradas, dotan de habilidades técnicas, instrumentales, y académicas. El profesor transmite, acompaña, e incita, el interés por su materia, siendo la calidad que su acción docente desprende, aquella que se reflejará en el perfil del alumnado que accede al mundo laboral, consiguiendo formar mejores personas y más cultas, lo que redunda en una nación más próspera.
En las oposiciones para acceder a la profesión docente se ha de exigir esta calidad, para el desempeño pedagógico, es por lo que se debe considerar, entre otras, el dominio de una expresión ortográfica correcta.
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