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Por lo que he leído, el ex fiscal general del Estado era una buena persona. Parece que todo el mundo que lo ha conocido está de acuerdo en definirlo así. Pero entonces, ¿por qué se plegó a hacer lo que hizo? ¿No sabía que era una conducta irregular o incluso ilegítima, y sobre todo, impropia de una de las más altas instituciones de un Estado democrático? ¿No se dio cuenta de que estaba comportándose como un vulgar raterillo? ¿Y qué extraños mecanismos mentales nos llevan a actuar de forma deplorable –o incluso claramente delictiva– sólo por un extraño sentido de la obediencia debida? Son preguntas interesantes. Y de momento, no tenemos respuesta.
Un Fiscal General del Estado debería saber que difundir datos de un particular que pueden perjudicar a un enemigo político es una práctica cuando menos mafiosa. Y aun así, esta buena persona se prestó a hacerlo. Y luego, cuando vio la que se le venía encima, borró todos los datos de su móvil, cosa que lo comprometía aún más. Y por último, para terminar de rematar su calvario –porque es seguro que lo vivió como un calvario–, su jefe de filas, la persona que lo había nombrado –es decir, el presidente del gobierno– se permitió dictaminar en mitad del juicio que él, su fiscal general, era inocente. Y lo decidió así, tan pancho: “Es inocente”, como el árbitro que pita penalti después de ver el VAR. Me temo que ese día se fraguó la condena del fiscal general que no era tan inocente como decía su jefe con ese vergonzoso tono de arrogancia narcisista que manejan todos los autócratas, empezando por Donald Trump.
Y ahora viene otra pregunta interesante: ¿qué veía el ex fiscal general del Estado en un personaje como Pedro Sánchez? ¿Por qué aceptó comportarse como un dócil chupatintas aterrorizado por un jefe que le perdonaba la vida? ¿Y qué le llevó a infringir la ley de forma tan estúpida y tan servil? ¿Qué temía de su jefe? Repito que estamos hablando de la conducta de alguien que sabemos que era buena persona, y que en esto se distingue por completo de su antiguo jefe, que es cualquier cosa menos buena persona. ¿No se dio cuenta nuestro fiscal que estaba echando a perder su carrera por alguien que en el fondo lo despreciaba, igual que desprecia a todos sus subordinados? Que alguien me lo explique, por favor.
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