Público y privado: el cuarto oxímoron

06 de diciembre 2025 - 03:08

Un oxímoron es lo que siempre hemos llamado contradicción en sus propios términos. El que está de actualidad en estos momentos es “Gestión privada de servicios públicos”, en especial la de los hospitales públicos gestionados por empresas privadas. Hasta ahora teníamos un trío muy gracioso de contradicciones. La primera la enunció Pío Baroja cuando se fundó el periódico El Pensamiento Navarro; dijo: “pensamiento y navarro son incompatibles”. Unos amigos añadieron inteligencia militar y otro periódico, El Adelantado de Segovia. Ahora nosotros queremos contribuir al conocimiento científico con el citado arriba. En este caso, se trata de un asunto de primerísima importancia, uno de los pilares esenciales del estado de bienestar, junto con la educación y las pensiones.

El fondo de la cuestión es que los neoliberales apuestan siempre por lo privado en vez de que sea el Estado el que se ocupe de estas prestaciones. Dicen que es más eficiente y, por tanto, sale más barato el mismo servicio. Y resulta que es una mentira más grande que la Alcazaba. Los hechos son muy evidentes: vean ustedes el caso más emblemático de sanidad privada: en EEUU el personal se tiene que pagar un seguro privado. Entonces, ¿el Estado en USA gasta menos en sanidad que el Estado español? Pues todo lo contario: el gasto sanitario público en España en 2024 supuso el 7,2 % del PIB, inferior a la media de la eurozona, que alcanzó el 8,9 %. En EEUU se han gastado en el mismo año el 14,3 % de su PIB, a pesar de que los ciudadanos (excepto jubilados y pobres de pedir) tienen que pagar otro pastizal en sus seguros privados. Y encima, la atención sanitaria en España es mejor y más justa, todo el mundo lo sabe, hasta Trump.

¿Dónde va la suma del gasto público y el privado en EEUU, mucho mayor que en nuestro sistema europeo? A algunos bolsillos muy determinados irá, porque nadie se va encontrando por la calle los millones. Tenemos claro –y aceptado- que las empresas están para obtener el mayor beneficio posible. Pero hay dos formas de optimizar beneficios, una honesta a base de excelencia en la gestión y otra a base de golferías, pagando menos al personal, reduciendo exageradamente la plantilla, bajando la calidad de los productos y servicios; por ejemplo, el aumento de las listas de espera o el reciclado de material sanitario de un solo uso. Esto es lo que está pasando en Torrejón estos días. Lo malo es que no es un caso único.

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