Medio siglo
Equipo Alfredo
Público y privado: el cuarto oxímoron
Hubo una época no muy lejana en la que íbamos por esos mundos vacilando como si fuéramos los Tercios de Flandes: “Soy español, ¿a qué quieres que te gane?” Porque en ciclismo, tenis, automovilismo, fútbol, baloncesto, balonmano, golf, waterpolo…éramos dominantes; en las motos ya se podía calificar de monopolio. Por no citar deportes minoritarios como el bádminton, el remo o la vela. Después de un relativo bache, parece que resurge la “furia española”, expresión que viene de los Juegos Olímpicos de Amberes (1920), donde a la voz de “A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo”, Belauste recibió el balón y se metió en la portería con el esférico, tres defensas y el portero suecos. ¿Qué habría hecho el VAR? Vete tú a saber lo que puede pasar ahora por la cabeza de los “varistas”.
Hoy, en el fútbol, que es lo que más motiva a la ciudadanía, somos el mejor equipo del mundo, campeón de Europa, candidato favorito al Mundial y asombro de propios y extraños. En las motos seguimos en la cumbre, se cuentan las victorias por carreras y los podios son copados por españoles. En tenis nos ahorra comentarios la carrera de Carlitos Alcaraz y un puñado más de jóvenes que pueden volver a formar otra “Armada Invencible”. En natación sincronizada y en gimnasia rítmica nos llueven las medallas. Por desgracia, también hay sombras. Esta semana nos hemos llevado varios disgustos y decepciones: España ha perdido en el europeo de baloncesto, y lo peor es que han hecho el ridículo.
En el ciclismo, no hay nadie que se parezca hoy, ni de lejos, a Bahamontes, Timoner, Ocaña, Delgado, Contador…y no digamos ya a Indurain. (Nótese que para hablar de triunfos lo hacemos en primera persona del plural, apuntándonos el éxito; y para los fracasos nos desapuntamos; que se los apunten ellos que ganan lo que ganan). Siguiendo con el ciclismo, y poniéndonos serios, hay que hablar de las protestas por la participación del equipo Israel Premier Tech en la Vuelta a España. Un equipo financiado por un sionista amigo de Netanyahu, para lavar la imagen del régimen genocida. Es inconcebible que se permita esta publicidad en una prueba deportiva europea, cuando se ha prohibido, por ejemplo, la participación, en cualquier deporte, de los rusos desde la invasión de Ucrania; y mucho antes, de los del régimen racista de Suráfrica. A este respecto, cabe destacar que aquí no se quiso contratar a ese equipo israelí para la Clásica de Almería desde 2023. Debería servir de ejemplo.
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