Para el señor Martínez

03 de diciembre 2025 - 03:06

Me van a permitir hoy dejar un poco a estos que se llaman políticos para hablarles de alguien que ustedes conocen bien. Posiblemente lo tengan en su subconsciente cuando suena alguna canción. Melodías que nos recuerdan un tiempo mejor o algún desamor. Les hablo del ‘flaco’, de don Joaquín Martínez Sabina. Dice que se va de los escenarios, pero seguramente sus versos y sus acordes se quedarán en los bares y en los coches de muchos. Él siempre explica que tenía en su cabeza ser un profesor de instituto impartiendo literatura de forma ‘machadiana’. Pero la historia fue otra; incluso sus versos han sido más populares que los del propio poeta . Sabina es el resumen de lo que es la vida. Amor, amistad, desengaños, borracheras, mala salud, en resumen, vivir. Y esto siempre nos falta a todos. Nos falta sentarnos, pensar y brindar de vez en por lo que tenemos. En su música puedes encontrar de todo, hasta cuando le robaron el reloj (‘Pacto entre caballeros’), pero sobre todo encontramos a un personaje que generación tras generación se ha convertido en una leyenda. Él se ruboriza cuando alguno le dice que es el mejor poeta de nuestro tiempo, pero les digo que puede ser que sí. Seguramente, algún chaval de 14 años lo estudie en el colegio o haga el famoso comentario de texto de selectividad con alguna de sus canciones. La calidad de sus palabras, y no de voz como él dice, viene de leer. Es un hombre, como dicen sus amigos, ermitaño de la lectura. Del concierto al hotel, leer, leer y leer hasta el próximo concierto. Miren que Serrat le descubrió buenos restaurantes, pero él prefiere eso. Reflexionar sobre lo que dicen otros en sus textos. Por desgracia, y como les digo muchas veces, estamos en un momento de polarización máxima y él reniega de ello. Hay una frase suya que es maravillosa: “Soy ateo, pero semanasantero… soy animalista, pero me gustan los toros”. Los clichés no valen en esta vida. Como dicen, cuando uno madura, acepta poco a poco otras cosas que no imaginaba. En resumidas cuentas, ¿qué les voy a decir yo de Sabina? Cada uno lo siente suyo a su manera. Yo lo descubrí fumando Ducados para intentar emular sus canciones. Gracias por tanto, maestro, y disfruta de la vida con Jimena y los gatos. Nosotros seguiremos cantando tu ‘último vals’.

stats