¡Toma chulería!

Se me había traspapelado. Don Luis Planas, ministro de campo y mares vino a la estación de Las Palmerillas hace un mes de la mano de Cajamar, esa empresa ahorradora almeriense que abrió oficina en San Sebastián (hermosa tierra vasca), cosa de la que debemos alegrarnos todos, y lo hacemos que conste, pero que las cierra (oficinas) en la mayoría de los pueblos de Almería. Te manda un día a la semana (el jueves) la furgoneta. Lo de “El Jueves” suena a revista cómica, de puro cachondeo, vamos, como el servicio que ofrece la ahorradora a los almerienses de los pequeños pueblos del interior. El resto de la semana te puedes dar con un canto en los dientes. Dios los cría, políticos y bancarios, y los reparte por las tierras de España para disgusto de los mortales que viven bajo sus botas.

Pero no quería acercarme al tema de Cajamar, que me pone, no tengan ninguna duda, pues son muchos ciudadanos los que dependen de ellos, tras el reparto que se hicieron con Unicaja de la provincia, no sé si jugando al monopoly, pero lo parece, y a los que tratan con la puntera de su bota. Lo de hoy era acercarme a don Luis Planas y a su excelsa presencia en nuestra tierra. A su lado estaba el consejero de agricultura de la Junta, el almeriense Ramón F. Pacheco, para los que no lo conozcan, el nieto de Monterreal, que fuera alcalde de la ciudad.

No sé si se dijeron algo entre ellos, es de imaginar que sí, horas antes Ramón ponía verde al gobierno del que depende el señor Planas en lo tocante a agua, pero lo mismo se le podía decir de las redes de pesca varadas en los puertos almerienses por culpa del mismo ministerio. Es en estas ocasiones, ante estas fotos, es cuando te das cuenta de que estamos ante personajes políticos de teatro. Maltratas a mi gente, te pongo verde, pero cuando nos vemos, sonrisas, abrazos si llega el caso y, como si nada hubiera ocurrido. O no les da vergüenza, o están tan acostumbrados a sus paripés ante los ciudadanos que se convierten en actores de un vodevil.

Al tal Planas no le se le caen los anillos por venir a Almería, los ha debido perder en el viaje, sabe que nadie le va a recordar en vivo y en directo que si alguien debería sentir algo de vergüenza por estar aquí sería la persona que más daño viene haciendo a agricultores y pescadores de nuestra provincia. Pero se entiende, ellos la tienen verde, y siempre hay cerca un burro que se la coma. Se despidió diciendo que el agua no será problema en Almería. ¡Toma chulería!