Un relato woke de la extrema izquierda
Cada vez más perezosos
Cuando recitaba la lista de los siete pecados capitales me costaba comprender el de la pereza, asociada en mi mente a mis pocas ganas de madrugar y más con la obligación de ir al colegio de La Salle. Ahora, con la edad, comprendo la magnitud de tal pecado capital.
Vivimos amodorrados y amordazados, no por miedo, sino por pura pereza.
Nos hemos acostumbrado a tenerlo todo en nuestras manos en segundos.
Con un solo clic y sin esfuerzo podemos obtener lo que deseamos. Las nuevas generaciones han crecido con la tecnología y el logro de conseguir lo que desean sin esforzarse. Nuestra sociedad es cada vez más perezosa y menos ambiciosa.
Deberíamos, como decía un viejo poema, aprender a maldecir en todos los idiomas para que ningún dios escape a nuestra indignación, aunque nos embargue la pura desidia, cada vez somos más perezosos.
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