Vigilando las obras

Sentimos repetir en la columna el tema de las obras públicas pero, por una parte, la observación y crítica de obras es una ocupación preferente de los jubilados; y nosotros ya llevamos bastantes años en ese gremio. Por otra parte, no paran de salir novedades en las obras en curso, especialmente en las del Paseo, auténtica zona cero del proyecto global de la ciudad. Además, las vemos a diario y pulsamos las opiniones de otros paseantes, amigos y desconocidos, que tienen en común el desconcierto y las protestas más o menos iracundas.

La novedad reciente es que el discutido pavimento del Paseo va a tener continuidad por Reina Regente y muelle de Levante, hasta llegar al morro. Morro el que tiene más de uno: nos están colocando millones de tacos de travertino olivillo, una piedra friable, que está recibiendo la inmensa mayoría de las críticas. Antes de inaugurarse la obra, el suelo ya está cuajado de agujeros de diferentes tamaños, en muchos de los cuales hay colillas y otras guarrerías. Otra novedad es el anuncio de la compra de máquinas especiales para su limpieza. Esperamos que las máquinas en cuestión tengan un dispensador de una masilla especial como las que se usan para tapar defectos en los mármoles, en las maderas o en los muros. Y algo de betún o cera para darle una miaja de color y brillo al desvaído aspecto de nuestros nuevos adoquines.

A toro pasado, se nos ocurre que los diseñadores y técnicos se podían haber dirigido a Cosentino, que no para de parir materiales nuevos, para que inventara un material especial para pavimentar nuestra ciudad con un suelo único, resistente y duradero. Incluso se le podría haber puesto un nombre comercial que llevara el nombre de Almería por todo el mundo, emulando a Sabores Almería y sin gastos de viaje, que Cosentino ya tiene centros de venta en todo el orbe.

Otra novedad es la instalación de unos postes metálicos de enorme tamaño que, si al principio algunos pensaron que eran las farolas, parece ser que tienen otras utilidades: “Columnas para eventos”, según expresión del Ayuntamiento. Es decir, que cumplirán la misma misión que aquel poste que pusieron durante muchos años en medio de la Puerta de Purchena y que servía para colgar alambres para luces, farolillos, banderolas, etcétera. Aquel era un poste muy cutre y estos son esbeltos y elegantes. Eso sí, aquel era uno solo.