Un relato woke de la extrema izquierda
¿Volverá la mili?
Mientras en España estamos ocupados a tiempo completo con manifestaciones en contra de las indecencias varias que nos rodean y atribulan, el mundo está a punto de irse a tomar viento. Y quien dice viento, dice huracanes, guerras, bombas atómicas y otras catástrofes naturales o humanas. Con Ucrania y Gaza aquí al lado y Venezuela a punto de ser invadida, varios países europeos se apresuran a revivir la mili. Lo de Ucrania es un peligro real: si Trump hace de Chamberlain y le permite a Putin quedarse con un buen trozo de Ucrania, lo siguiente será que invada Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, y poco después Polonia, Rumanía…
Lo que pasa es que todos esos países pertenecen a la OTAN y tendríamos que ir todos los miembros de la Alianza, según el artículo 5, a defender a nuestros socios. De ahí que los más poderosos –y sensatos- de Europa ya están preparando la resurrección del servicio militar, la mili, que se decía en España y que “disfrutamos” en nuestra juventud dos de los arriba firmantes. De momento, Alemania y Bélgica ya han dicho que van a establecer una mili voluntaria –de varios meses a un año-, aunque algunos partidos conservadores querían que ese servicio fuera obligatorio, como antiguamente en España y en muchísimos países. Ya es obligatorio en Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Grecia, Austria, Chipre…y Croacia lo impone a primeros de 2026. O sea, que la cosa está calentica.
Para convencer a los jóvenes de que se apunten (mientras sea voluntario) algunos países están ofreciendo sueldos apañados. El más generoso es Alemania que pagará 2.600 euros a sus reclutas durante los meses que estén en la mili. Francia es más racanilla y ofrece solo 900 euros mensuales. Habrá jóvenes a los que le parezca poco, pero nosotros hicimos quince meses de mili con Franco, cobrando 15 pesetas mensuales en 1968 y 100 en 1974. Bien es verdad que ese mismo año subieron de golpe a 200 pesetas. Otra cosa es el sueldo que perciben que los soldados profesionales en España, en la actualidad: unos 1.400 euros netos en la Península, con diversos complementos que pueden llegar a 3.000 en misiones peligrosas. Poco parece para estimular el alistamiento. Y más con la que está cayendo, como decíamos más arriba. Siempre nos quedará Trump, maniobrando para conseguir el Nobel de la Paz. “Ex aequo” con Putin, por supuesto.
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