León XIV, un Papa para construir puentes

Editorial

09 de mayo 2025 - 03:09

El que teóricamente estaba destinado a ser uno de los cónclaves más complicados de los últimos tiempos por la ausencia de un candidato claro, capaz de coser las costuras de una Iglesia sometida a fuertes tensiones internas, se ha resuelto en un plazo relativamente corto de tiempo con la elección del cardenal norteamericano Robert Francis Prevost Martínez, de 69 años. León XIV, que es el nombre que ha elegido el nuevo Pontífice, convertido desde la tarde de ayer en el principal líder espiritual de la Humanidad, emerge como una figura de consenso que representa una clara continuidad con el mensaje de Francisco, pero que también introduce elementos de moderación que contribuirán a reforzar las estructuras de una Iglesia que necesita alzar la voz en un mundo cada día más convulso. No es gratuito que en sus primeras palabras como Papa, pronunciadas desde la Plaza de San Pedro pero que han resonado en todo el planeta, la palabra paz estuviera presente con especial intensidad y que el afán de construir puentes se haya colocado como el gran objetivo del Papado. Esa va a ser la gran misión de la Iglesia en el segundo cuarto del siglo XXI. El nuevo Papa va a tener que utilizar la enorme influencia que le da ser la cabeza visible del catolicismo para convertir a la Iglesia en un factor de estabilidad. León XIV no lo va a tener fácil. El mundo atraviesa una crisis profunda de identidad que se ha traducido en una etapa de enormes riesgos para la seguridad y la paz. Tender esos puentes de los que hablaba León XIV en su primer mensaje es el gran reto que afronta y el que medirá el éxito de su Pontificado. Unos puentes que tendrán, en primer lugar, que aglutinar internamente a la propia Iglesia y que, en segundo lugar, deben ser un elemento de paz en el mundo. Los valores que representa el catolicismo son, en una situación como la actual, más necesarios que nunca.

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