Alhama de Almería. Tradiciones populares

“Era raro quien no tenía, al menos, dos cerdos en su casa”

  • Cientos de vecinos y visitantes recrearon ayer la matanza, un símbolo de tradición en el municipio El patio del antiguo colegio revivió la elaboración de embutidos y contó con exposición de utensilios y varios estands

Alhama de Almería revivió ayer la matanza del cerdo.

Alhama de Almería revivió ayer la matanza del cerdo. / Rafael González.

Alhama de Almería, municipio enclavado en un marco incomparable, como Puerta de La Alpujarra, saboreaba ayer una de sus tradiciones más arraigadas y que sin duda alguna marcaron el siglo pasado, como es la matanza. Una tradición que en la jornada de ayer se volvía a revivir con unos vecinos volcados para este especial encuentro y que registraba una gran afluencia de visitantes procedentes de todos los puntos de la provincia.

Que duda cabe que la matanza del cerdo era una acción muy conocida en el entorno rural almeriense. Prácticamente en todos los pueblos de interior se desarrollaba, y han sido el Ayuntamiento del municipio, desde donde se ha querido recuperar este símbolo dentro de la iniciativa ‘Tradiciones Populares’, que este 2019 ha cumplido su segundo año y que, viendo el éxito cosechado ayer, va camino de convertirse en una festividad popular de esas que se marcan en rojo en el calendario provincial.

Vecinos pidiendo cerdo al corte. Vecinos pidiendo cerdo al corte.

Vecinos pidiendo cerdo al corte. / Rafael González.

Lo mejor de todo es, sin duda, “que se pone en valor algo que nos representa y se da a conocer a los más jóvenes. Muchos de los niños que hay aquí ha habido que explicarles el proceso. A muchos les ha chocado ver cómo se elabora el cerdo, algo que comen habitualmente”, explica José Antonio López de ‘La Floristería’, encargado ayer de cortar el ‘marrano’ a encargo de los visitantes, quienes ellos mismos aprovechaban el chisco para cocinárselo, a su gusto. Sin duda, qué mejor forma de revivir la matanza que llevarla a cabo tal y cómo se realizaba antaño. Al tiempo, una señora se encargaba de la elaboración de la morcilla. Tras colocar la sangre en un caldero, se le echa un sal mientras no se para de remover con un palo para que la sangre no se solidifique. Después las fue cociendo para hacer las morcillas de sangre.Y toda esta ceremonia, centenaria, mientras vecinos y visitantes saboreaban los productos propios de este ritual tan especial. De hecho, y sobre todo para los más jóvenes que ayer lo vieron por primera vez, impactaba contemplar al cerdo colgado, abierto en canal, “del que se aprovecha todo”, recordaban estos artesanos venidos de las carnicerías del municipio.

Una de ellas es la de Manolo García Sánchez, de Carnicería La Pilarica, encargado del sacrificio del cerdo que ayer recreaba la matanza en abarrotado patio del antiguo colegio del municipio alhameño. “El cerdo se mataba entre noviembre y enero, cada año dependiendo del frío y las necesidades”, recuerda este empresario, quien asegura que “raro era quien no tenía al menos dos marranos. El que se sacrificaba y la cría, a la que se engordaba a base de higos y sobrantes de las comidas de cada familia para sacrificarlo al siguiente año”.

Matanza del cerdo. Matanza del cerdo.

Matanza del cerdo. / Rafael González.

Otras como Cárnicas Rodríguez, Carnicería Amalia y Sabores Orientales participaron directamente y con sus productos en un evento en el que no faltó de nada. Por supuesto, tampoco la música, al son del Grupo Musical “Noches de Candela” y ya por la tarde con la actuación del Grupo de Baile de Flamenco, Gimnasio Atlas.

Un día inmejorable, en el que a ratos irrumpió con fuerza el aire pero que en nada desmereció una jornada de convivencia a la que no le faltó absolutamente de nada.

Además, los niños, que aprendieron y conocieron sobre una de las tradiciones más arraigadas de sus abuelos, también lo pasaron en grande gracias a a los hinchables instalados por el Ayuntamiento del municipio para su disfrute. “El éxito de esta recuperación de tradiciones populares se debe a la gran implicación de gran parte de los puestos de la Plaza de Abastos del municipio y de otros de los alrededores donde están los productos agroalimentarios y de artesanía, con la finalidad de transmitir la realización de oficios de siempre, para que no caigan en el olvido”, explicó el regidor de la localidad, Cristóbal Rodríguez.

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