Prohibido bañarse en estas playas de Villaricos por la presencia de dragón azul
Salud
Es una pequeña babosa cuya picadura es tóxica y más dolorosa que la de cualquier medusa del Mediterráneo
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Desde este lunes 1 de septiembre y hasta nuevo aviso estará prohibido bañarse en varias playas de Villaricos (Cuevas del Almanzora) por la presencia de dragones azules, unas peculiares babosas que son tóxicas.
El Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora ha informado este domingo por la noche del avistamiento de dragones azules en la Cala Siret, por lo que desde el lunes permanecerá prohibido el baño en Cala Siret, el Playazo de Villaricos y Cala Verde. En las tres onderá la bandera roja.
El resto de playas de Cuevas del Almanzora ondeará la bandera amarilla como prevención por la posible presencia de más ejemplares de este pequeño animal de unos 2 o 3 centímetros. Además, recomiendan llamar al 112 en caso de avistarlo.
Según Protección Civil de Cuevas del Almanzora el dragón azul es un pequeño molusco venenoso y, por ello, el Consistorio ha activado el protocolo de seguridad, que incluye la prohibición del baño y la vigilancia preventiva para descartar la presencia de más individuos.
Como precaución, dan los siguientes consejos a la población en caso de ver un dragón azul en el mar:
- No tocarlo ni manipularlo bajo ningún concepto ni siquiera con guantes.
- Alertar a las autoridades, llamando a 112.
- Mantener la calma en caso de que pique a alguien y nunca echar agua dulce en la picadura.
- Retirar los restos que queden en la piel con unas pinzas.
- Aplicar frío sobre la zona.
¿Qué es el dragón azul y qué hace aquí?
El dragón azul, Glaucus atlanticus, es un nudibranquio pelágico. Vive en aguas abiertas medias y superficiales y evita el fondo marino y la costa; sin embargo, arrastrado por corrientes y por el aumento de temperatura del agua, puede aparecer de vez en cuando a pocos metros de la playa.
No era habitual del Mar Mediterráneo, pues hasta 2021 hacía tres siglos que no se había documentado en el Mediterráneo. Sin embargo, se cree que el aumento de temperatura del agua marina y una meteorología cambiante que incluye corrientes han permitido arrastrarlo hasta aguas que, en teoría, deberían ser más frías.
Mide solo unos 3 o 4 cm y tiene un aspecto realmente bello. Pero su picadura es dolorosa. Más urticante que la que nos puede producir cualquiera de las especies de medusas habituales que encontramos en el Mediterráneo, aunque parecida a la de las carabelas portuguesas, que igual que los dragones azules también han aparecido puntualmente cerca de las costas mediterráneas. En algunos casos extremos, en personas más sensibles o con determinadas alergias, puede provocar mareos, vómitos, malestar y dolor de cabeza.
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