feria taurina de santa ana 2018 | primer festejo de abono

En el nombre de El Fandi, amén

  • El Fandi enfandila la tarde con la faena al cuarto de El Pilar y le corta dos orejas

  • Notable faena de Manzanares al quinto y Roca Rey, sin un lote de posibles se marcha de vacío en su comparecencia roquetera

David Fandila'El Fandi' y su total comunión con el tendido supone una de las claves importantes de su légitimo triunfo de ayer.

David Fandila'El Fandi' y su total comunión con el tendido supone una de las claves importantes de su légitimo triunfo de ayer. / jreportaje gráfico: Javier alonso

La marea fandista se lo llevó todo por delante cuando tras la lidia del cuarto el granadino paseó dos trofeos ganados a ley por ser fiel a ese toreo que arrebata y apasiona. Todo frente a un toro que planteó emoción y al que Fandi nunca le volvió la cara.

El otro capítulo grande del festejo lo pone un Manzanares elegante y torero frente al toro con más fondo bravo y clase del encierro que mandó El Pilar para esta primera de abono .

A la corrida de El Pilar le faltó fondo de toro y mas emoción y movilidad en la lidiaRoquetas puso una vez más una excelente entrada en el tendido aunque no agota papel

Temple en el toro y temple también en ese recibo capotero de El Fandi. Verónicas y chicuelinas bien enganchadas con la embestida del animal metiéndo la cara abajo y siguiendo las telas. Se deja llegar pronto el animal hasta el caballo y aunque en la brevedad de la puya el castigo se deja notar serio.

No le duda Fandi y rodilla en tierra comienza una labor en la que el pitón diestro se deja llegar con más calidad. La justa, dicho sea porque Fandi no encuentra por el izquierdo ya la hilazón y clase necesaria para vender el trigo al molino. No había más porque el toro tampoco tenía más. Ni humillación, ni clase ni leches. El torero vende el producto con ese afán pretendido de encontrar hilazón pero ya el toro no entrega la cuchara y se sale con la cara alta por encima de las telas. De lo mejor de Fandi ese estoconazo a ley que cobra el granadino tirándose sobre el morrillo. Balance suficiente para que junto al recuerdo de un aseado tercio de rehiletes el tendido se derrame en una petición excesiva de trofeos, devolviendo el palco la cordura a la tarde con un solo pañuelo blanco sobre la balconada.

Se dejó el segundo de la tarde media vida en el caballo metiendo los cuartos traseros con garra sobre el albero mientras que Chocolate le deja un buen puyazo en lo alto. ¿Media vida dije? No, la vida entera porque a pesar de que el alicantino le alivia el viaje al principio de faena, del toro charro ya no queda sino un atisbo de defensa y el conjunto empezó a quedar huérfano de todo. Huérfano de lo que debe tener un toro bravo para exigir emoción. Le encontró Manzanares algún momento lucido por la diestra y por la izquierda el residuo de un toro vacío por dentro ya no permitió más melindres. Nada para conmover al tendido. Nada para triunfar en una plaza donde los toreros cobran un generoso caché. Nada. Ni la espada, fortaleza de este Manzanares, viajó como compañera certera. Después de dos pinchazos se había esfumado todo.

Pareció meter bien la cara el tercero de l Pilar en el capote de Roca Rey pero el espejismo de parecer quedó en evidencia después de un largo y desordenado tercio de varas alargado un poco más allá hasta casi una capea en banderillas. Tiró muy despacio el peruano de las telas que dejaron la impronta de llevar arriba el conjunto, pero el conjunto no cantó bien porque el dúo se quedo en un solo cuando la falta de fondo y raza se llevó por delante las posibilidades de un animal que sin ánimo de emocionar terminó poniéndose saborio y con sentido hasta taparle la salida al torero a la hora del primer viaje con la espada. Todo lo que hubo lo puso Roca Rey.

Un lío fandista. Con todos los argumentos de un torero al que demasiadas veces sólo se le reconoce en lo rehiletes pero que ayer retomó ese sentido de la ligazón y el temple con el que hace de hilo conductor a un apasionado tendido. Es así y así hay que reconocerle a ese césar de la tarde el triunfo legitimo ante un toro más violento y encastado que bravo. Se movió como un auténtico látigo ese cuarto de la tarde y Fandi no le dudó. Apoteósico en ese comienzo rodilla en tierra de circulares interminables el granadino acoplo la violencia de un viaje moviendo presto el engaño. Pidió torero el toro y lo encontró para llegar hasta el mástil de la bandera la emoción de una faena que tuvo dentro el mas limpio espíritu fandista. ¿Estética?....Poca iba a existir con dos pitones pasando a la altura de la faja. Emoción y honestidad, toda la del mundo. Legítimas dos orejas y la vuelta a un toro más emocionante que bravo.

En cuanto al tercero en discordia como fue Andrés Roca Rey apuntemos que lo más lucido de su actuación lo concretó frente al que cerró plaza, otro buen toro de una corrida venida a menos tras los dos primeros tercios. Si existió faena en el tercero fue a costa de la decisión del torero y parte de lo mismo puede servir para explicar la lidia de este sexto en el que el peruano, a modo de ofrenda, exhibió en el brindis los dos brazos en alto. En uno, la montera. En el otro, estoque y muleta. Después, la hilazón de ese toreo mayestático que se gasta Roca Rey en una labor que le admitió mas y mejor el toro por el pitón zurdo.

De nuevo el torero muy por encima de la lidia y en el compromiso llegó un estoconazo que le permitió lograr ese trofeo y arremeter la plaza contra el palco para exigirle un segundo trofeo que en modo alguno terminaría concediéndose. No hubiese estado de más. Tampoco de menos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios