LEVANTE

Una joven astronauta veratense ‘pilota’ un cohete de Alabama a Marte

  • María Álvarez, de 16 años, ha participado en un campamento de la NASA junto a otros siete jóvenes españoles

  • Ha realizado diferentes recreaciones de misiones espaciales

La veratense María Álvarez durante una de las misiones espaciales del campamento de la NASA.

La veratense María Álvarez durante una de las misiones espaciales del campamento de la NASA. / Diario de Almería

Como Neil Armstrong hace 50 años, la joven veratense María Álvarez ha dado “un pequeño paso para el hombre”, pero un gran paso para su futuro. Durante una semana, la estudiante de 16 años del IES El Palmeral ha participado en un campamento espacial de la NASA en Alabama (EE UU), donde ha disfrutado de una experiencia única, metiéndose en la piel de un astronauta.

Cuando los primeros hombres llegaron a la luna, a su regreso fueron recibidos como héroes y protagonizaron cientos de desfiles, en coches descapotables, por las calles de otras tantas ciudades. A María Álvarez, tras una pequeña odisea con los vuelos, tan solo la recibieron sus padres a su llegada hace unos días al aeropuerto de Alicante, pero para ella su experiencia espacial ha sido tan gratificante como la protagonizada por Aldrin, Armstrong y Collins. Y es que, entre otras muchas actividades, la joven fue la encargada de ‘pilotar’ una nave espacial desde Alabama hasta Marte en una de las simulaciones de misiones espaciales que han llevado a cabo.

María ha sido una de los ocho estudiantes becados con una semana de formación espacial en un prestigioso campamento norteamericano, el centro Space Camp de la NASA, situado en las instalaciones del centro espacial U.S. Space & Rocket Center, —perteneciente al Marshall Space Flight Center de la NASA.

“El complejo era enorme, incluyendo un museo del espacio donde, entre otras cosas, había colgado del techo un cohete Saturno V, utilizado en las misiones Apolo en los años 60 y 70”, relata la joven. Allí ha estado del 3 al 10 de agosto, gracias a una beca de la Embajada de Estados Unidos en España y Andorra.

María Álvarez junto al astronauta Don Thomas. María Álvarez junto al astronauta Don Thomas.

María Álvarez junto al astronauta Don Thomas. / Diario de Almería

Las jornadas en el campamento han sido maratonianas: “nos levantábamos a las siete y media de la mañana y estábamos haciendo actividades hasta las diez de la noche”, cuenta. Dentro del programa de entrenamiento de astronauta que ha recibido, destaca la realización de tres simulaciones de misiones espaciales, en donde tuvo que, por ejemplo, reparar un satélite con un brazo robótico. La última de las misiones, con María como piloto de la nave, les llevó desde Alabama hasta posarse en Marte. “Nos poníamos un traje de astronauta, nos metíamos en un simulador lleno de pantallas y botones e íbamos recibiendo órdenes que debíamos ejecutar”, explica.

María Álvarez en el campamento espacial de la NASA. María Álvarez en el campamento espacial de la NASA.

María Álvarez en el campamento espacial de la NASA. / Diario de Almería

Pero una semana da para mucho, y María y sus compañeros de viaje han hecho mucho más. “Conocimos a un astronauta auténtico, Don Thomas, que ha estado cuatro veces en el espacio, durante un total de 43 días”, cuenta. Su conferencia fue la más reveladora e inspiradora para María. “Nos contó cómo se tuvo que esforzar para lograr ser astronauta, tuvo que intentarlo en cuatro convocatorias distintas, durante ocho años, hasta que lo logró”, destaca.

También practicaron paseo lunar (con un sistema de arneses), se subió en una silla multiaxial (esas que dan miles de vueltas en varios ejes), recibió múltiples conferencias sobre la carrera espacial y la Guerra Fría, e incluso aprendió un poco de ruso, “quizás lo que menos me podría esperar que iba a hacer en Estados Unidos”, bromea la joven.

Hace unos meses, cuando recibió la noticia de la beca, María tenía claro que quería estudiar alguna ingeniería. Ahora, tras ser astronauta, lo ha reafirmado. Y es que sus viajes espaciales han sido un éxito y apenas tuvieron que decir eso de “Huntsville, Alabama, tenemos un problema”.

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