SEMANA SANTA DE ALMERÍA

La Estrella deslumbra a toda la capital

  • La cuadrilla del misterio de las Penas dejo plasmadas distintas anécdotas a lo largo de su recorrido desde su salida en Regiones

El misterio de las Penas en la calle Tiendas El misterio de las Penas en la calle Tiendas

El misterio de las Penas en la calle Tiendas / Rafael González

Y llegó el Domingo de Ramos, sinónimo de incienso, velas y pequeños charcos de cera formados en la calzada. Capas al viento entre nuestras calles, capirotes bajo el brazo, que cubren los rostros de alegría y tristeza, en cada estación de penitencia. Y en las cabezas de todos los nazarenos, siempre se encuentra la incertidumbre de cómo se comportara el tiempo. En esta ocasión, los primeros partes meteorológicos del inicio de nuestra Semana Santa han sido positivos para la capital almeriense, encontrándose al abrigo de los tormentas y posibles aguaceros que acechan por el Oeste peninsular.

Sin poner ningún inconveniente como pudo suceder el año anterior, las puertas de la iglesia de San Isidro Labrador, ubicado en el barrio de Regiones abrió sus puertas a las cuatro y media de la tarde para que su cruz de guía y los primeros hábitos salieran formando un cortejo algo más amplio que en el ciclo anterior, pues éste año la cofradía ha realizado nuevos equipos penitenciales, estando casi todos ellos agotados para que salieran nuevos hermanos. Todo un logro si pensamos que una amplia mayoría de personas es reacia a salir en las propias filas de los cortejos procesionales, prefiriendo quedarse como espectador desde una de las aceras, a pesar del gran fervor sentido.

Justo en el momento en el que nuestro padre Jesús de las Penas, obra del escultor Alberto García Jeute, la Banda de Cornetas y Tambores procedente de Jaén, Nuestra Señora de las Angustias, comenzara a entonar el himno nacional, para que continuaran deleitando con sus acordes a todas las personas agolpadas al rededor con otras marchas.

Uno de los momentos especiales de la estación de penitencia se obtuvo con el cante de los saeteros Antonio, el Niño de las Cuevas, como más bien se le conoce. Fue el primero de todos en poner un rezo cantado al Misterio de las Penas. En ese mismo lugar, una vez que salió el palio de La Estrella, se trataba de su hija Ana Mar, la que con sus voz logró conquistar a todos los presentes, siendo elogiada con un largo y ensordecedor aplauso.

En una tarde muy soleada, la Hermandad puso rumbo al centro histórico de la capital. Chicotá tras chicotá, los costaleros salían muy contentos por los primeros trabajos realizados. La tarde estaba llena de detalles que no se podían dejar escapar. Justo en las puertas de Santiago Apóstol, el capataz del Misterio, Miguel Angel Sánchez, sin pronunciar palabra alguna, golpeó tres vezas el martillo. Para que los costaleros levantaran a pulso el paso, mientras sonaba la marcha Réquiem. En miramiento a la hermandad de la Soledad en la puerta de su sede canónica.

Pero no todo se acaba aquí. Este año se cumplen 10 años del hermanamiento entre las cuadrillas de la oración en el Huerto y la del caballo de Regiones. Y por este mismo hecho la banda entonó la marcha Oración y Fe para que el trabajo realizado por los que llevaban al Cristo fuera definido como fabuloso. Tres costeros a las puertas de la catedral, en una plaza abarrotada por muchísimo público, que no estaba dispuesto a perderse ninguno de los detalles tan bonitos ofrecidos a lo largo de su recorrido.

Continuaron su camino subiendo toda la Carrera Oficial, este año mas estrecha por la colocación de los nuevos asientos. Justo cuando las manecillas del reloj cruzaban las once de la noche. Ambas cuadrillas, a paso largo, querían llegar de nuevo a su barrio, donde el calor de todos sus vecinos esperaba a la Hermandad para arropar a su Virgen en su llegada, para seguir rezándole, mirarle a los ojos y decirle con todo el cariño lo guapa que caminaba por las calles de Almería, en una noche donde ella era la Estrella.

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