Lluvia de pétalos a la Virgen de los Desamparados

Finalmente, la lluvia permitió a la hermandad de Pasión realizar su estación de penitencia por las calles de Almería. Después de retrasar treinta minutos la hora de salida, a la espera de ver como evolucionaban las nubes, la Cruz de guía indicaba el inicio de la procesión ante la atenta mirada de miles de almerienses que abarrotaban las puertas de la Iglesia de Santa Teresa.

El paso del Señor de Salud y Pasión fue recibido entre aplausos y lágrimas de emoción, igual que la imagen de María Santísima de los Desamparados que hacía su salida minutos después, bajo una gran lluvia de pétalos de flores y el incesante repicar de la campana de la Parroquia de Oliveros.

El paso de palio magistralmente dirigido por Manuel Vicente Barranco, capataz también del palio de la hermandad del Silencio, estrenaba los bordados en oro fino y seda de la bambalina trasera realizados en los talleres de Manuel Solano Rodríguez de Morón de la Frontera (Sevilla).

Como novedad, este año los nazarenos del tramo del paso de la Virgen portaban cirios en lugar de los faroles que lucieron en anteriores estaciones de penitencia.

La cofradía de Pasión volvió a cumplir con la tradición de visitar el santuario de la Santísima Virgen del Mar, ofreciéndole así una vez más, sus respetos a la Patrona de la ciudad. La asociación musical Santa Cecilia de Sorbas que acompañaba al paso de palio, interpretó el himno de la Virgen cuando las dos advocaciones marianas se encontraron frente a frente.

La hermandad del barrio de Oliveros realizó su desfile procesional después de celebrar importantes actos litúrgicos durante todo el año, con motivo del XV aniversario de su erección canónica, destacando la salida extraordinaria de María Santísima de los Desamparados.

Tras recorrer la carrera oficial situada en el Paseo de Almería, la cofradía de Pasión regresó a la Iglesia de Santa Teresa pasando como en otras ocasiones, por el centro de la Rambla de Almería.

El recorrido procesional destacó un año más por su elegancia y uniformidad, así como por la devoción que los vecinos del Barrio de Oliveros profesan a sus titulares, a los cuales acompañaron con respeto y seriedad durante la estación de penitencia.

Nuestro Padre Jesús de Salud y Pasión y María Santísima de los Desamparados fueron despedidos entre los aplausos de los miles de fieles que presenciaron la entrada de las imágenes en el Templo.