Bajo Palio

El silencio del Gran Poder supera todas las inclemencias

  • La cofradía del Zapillo salió 15 minutos más tarde y fue la primera en pasar por carrera oficial con total oscuridad

La interrupción del desfile procesional de la Macarena obligó a la cofradía del Gran Poder a retrasar su salida, haciéndolo cuando faltaban cinco minutos para las ocho de la tarde, cuarenta más tarde de la hora prevista. Unas calles abarrotadas por vecinos y devotos del Señor del barrio del Zapillo se llenaron de un silencio sobrecogedor con los primeros pasos de la arbórea cruz de guía y los primeros penitentes de la cofradía que vestían túnicas negras con cinturón de esparto y capa al hombro, llevando en la mano cirios de color rojo sacramental.

 

Tras doblar las patas del paso para superar la puerta de San Pío X, Ntro. Padre Jesús del Gran Poder inició su estación de auténtica penitencia  que supone una larga, larguísima aparentemente y fría Avenida de Cabo de Gata; sin embargo, el buen ritmo que siempre lleva la cofradía hizo un año más que el cortejo avanzara con celeridad no exenta de gran solemnidad, características de una hermandad que llena un populoso barrio del Zapillo y que la hace llegar hasta el centro de la ciudad para mostrar su buen hacer a miles de personas que esperaron pacientemente su llegada. 

 

Francisco José García volvió a ser elegido hermano mayor tras otra etapa anterior desde el 2000 al 2006. Ayer volvió a ir bajo el paso del Señor formando parte de una cuadrilla de 35 costaleros mandada por Manuel Sánchez Amate. Las circunstancias hicieron que fuera la primera en pasar por el Paseo, como lo hiciera durante muchos años, cuando la Macarena salía más tarde y pasaba la última, como ayer ocurrió. 

 

A la altura del Gran Hotel se hizo un pequeño descanso que aprovecharon los costaleros antes de iniciar la entrada en el Paseo de Almería. En ese momento, la cofradía de Pasión detuvo su marcha para no cruzarse con la del Gran Poder, cediéndole el paso a la cofradía del Zapillo. Sin duda, ayer se dieron muchas muestras de solidaridad y auténtica hermandad que unieron más aún a todas las que se vieron afectadas por esa inoportuna lluvia de media tarde que alteró todo. Antonio Cabezas, director del Gran Hotel Almería, hizo la primera levantá ante el establecimiento de Citymar para que a las diez de la noche el silencio delGran Poder inundara la carrera oficial con las luces apagadas.

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