Bajo Palio

Contra viento y marea

  • La Semana Santa ha empezado con mal tiempo y muchas hermandades tienen que luchar contra los elementos lLa belleza de las imágenes hizo salir de casa a los vecinos

E ESTA Semana Santa ha empezado, como de costumbre, con mal tiempo y es que da igual en que fecha caiga, primeros de Marzo o finales de Abril muchas de las hermandades tienen los elementos en contra el día de su salida. Este fue el caso de Rosario del Mar, que tuvo que luchar contra viento y marea (lógico, dado el nombre de la Titular) y aguantar durante todo su recorrido un viento de levante que no daba cuartel. No obstante lo adverso de la climatología, realizó una gran procesión. La belleza de las imágenes, el precioso recorrido por lo mas genuino del casco histórico, el salir a hora tempranera con luz solar y el estilo de las dos cuadrillas de costaleros lograron la admiración de los espectadores que en gran número la acompañaron por todo el recorrido. También contribuyó al buen resultado comentado el acertado acompañamiento musical.

A propósito de músicas, la banda de tambores y cornetas de Jesús Cautivo de Málaga acompañó de forma magistral al no menos impresionante paso de La Santa Cena (qué lástima que no fuera un poco más bajo a fin de que se pudieran ver mejor las imágenes) tuvo el detalle que paso a contarles. Todo semanasantero sabe que en la calle Real, desde el balcón del restaurante del mismo nombre, hace unos cuantos años que se vienen cantando Saetas, cuanto más se supone que los capataces.

Todo el mundo también sabe que las bandas paran de tocar cuando se arría un paso y empiezan a tocar a la levantá, pues bien, cuando la saetera que iba a cantar en ésta ocasión se quiso arrancar, vio con estupor que el paso no se paraba bajo el balcón, haciéndolo cincuenta metros mas arriba, con lo cual la banda quedaba justamente debajo de ella y al estar en silencio, pues estaba el paso arriado, echándole valor a la cosa, digo yo que pensaría, no me quedo sin cantarle a la Sagrada Cena, y empezó su cante, de pronto se oyeron los golpes del llamador anunciando la levantá del paso y por consiguiente el potente sonido de los tambores y timbales que ahogarían la voz de la esforzada cantaora.

Pues bien y he aquí el detalle, la sabiduría y buen criterio del director de la banda inició un redoble sordo sobre las cajas chinas que permitió que la saeta se pudiera escuchar hasta el final y la cantaora no echara el alma por la boca. Cuánto hemos ganado últimamente con las buenas bandas, locales o foráneas que acompañan a nuestras cofradías, (en años anteriores y por lo visto hasta ahora también en éste), haciéndose imprescindibles, a mi modo de ver, en toda procesión las cornetas y tambores, las agrupaciones musicales, la banda de música e incluso la música de capilla y que me perdonen mi querido Gran Poder y mi querida Soledad.

No puedo terminar ésta mi primera colaboración de la presente Semana Santa sin referirme a la Cofradía de la Borriquita. Si todavía a mi edad me sigue despertando una gran ilusión, no hay más que ver la cara de los niños que forman el cortejo vestidos de hebreos para sentir la que ellos reflejaban en sus ojos a pesar de lo cansados que iban algunos de los más pequeños a la altura de las tribunas que fue donde yo los ví.

El Domingo de Ramos por la mañana, con un sol que daba energía a los viejos y tremendo calor a los costaleros, además de buen negocio al tío de las pipas, desfiló la Borriquita por el Paseo llevando alegría y devoción al gentío que allí se agolpaba y disfrutó de lo bonitos que iban los pasos de Jesús de la Victoria y la Virgen de la Paz, y la gracia con que eran portados por sus estupendas cuadrillas.

Solamente eché de menos al del manojo de globos que todos los años aparece como fondo colorido en las fotografías de los pasos.

Molina

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