La Virgen del Río de Huércal-Overa, al fin, se reencuentra con sus hijos

La tarde de Domingo de Ramos es, cada año, un estallido popular por la celebración del reencuentro de la Santísima Virgen del Río con sus hijos, fiel exponente de la devoción que el municipio de Huércal-Overa siente por ella.

Un año más, se ha revivido el hermoso encuentro. Desde su Ermita, a las 16:30 horas, estaban convocadas la cuadrilla de horquilleras de la Virgen del Río, que con renovada y fervorosa ilusión bajaron en sus andas, desde su nuevo santuario hasta la Era, la Virgen para ser entronizada en su trono plateado, realizado para conmemorar el veinticinco aniversario, desde su coronación canónica, y esperar allí el encuentro con su pueblo, el mismo que tiene una Semana Santa de las más importantes de la provincia.

Arremolinados en la Plaza de la Era, contemplaban su imagen, “esbelta figura de la más bella de las criaturas, su cara de virgen niña encuentra la mirada del devoto hijo que acude a recibirla, a darle gracias por favores recibidos, pedirle consuelo o simplemente elevarle alguna oración, una plegaria…”, afirman desde la cofradía Paso Negro. Allí les esperaban sus varales para que todos aquellos devotos que lo deseasen pudieran portar su trono con desbordante alegría, sintiéndose honrados por ello.

“Acompañamos a nuestra Madre, la Santísima Virgen del Río desde su Era hasta nuestra Iglesia Parroquial, donde en arrebatada algarabía y a los sones musicales de su himno, entraba en nuestro templo parroquial, para celebrar la Sagrada Eucaristía, con la asistencia del pueblo jubiloso”. Desde ahí fue trasladada a su casa hermandad, la del Paso Negro.

Cabe destacar la multitud de huercalenses que cada año colman la plaza del Cura Valera para no perderse esta cita.

Con esta procesión cada año se conmemoran aquellos años en la que la primitiva imagen era trasladada en la misma jornada desde su ermita en la rambla del Bobar del Río Almanzora, hasta el pueblo, para que saliera en la procesión del Viernes Santo con su cofradía. El nombre real, aunque popularmente es conocida como la Virgen del Río, es Ntra. Sra. de los Desamparados. Y aunque oficialmente aún no está nombrada como tal, para la localidad esta imagen es su patrona, la Virgen que más devoción ha recibido durante años.