EL REPORTAJE

25 años de apostolado seglar en El Zapillo

  • Este barrio almeriense se hace penitencial y sacramental con el Soberano y Gran Poder

Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, arropado por su barrio Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, arropado por su barrio

Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, arropado por su barrio

Este año otra hermandad de nazarenos y cofradía de penitencia y sacramental supera el listón historiográfico de los 25 años desde su fundación y erección canónica en el año 1994 por la autoridad eclesiástica y en su sede pastoral iglesia parroquial de San Pío X, sita en el vetusto, marino y mariano barrio periférico del Zapillo. Nos referimos a la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora del Carmen, y Cofradía de nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso, y San Juan Evangelista.

Los datos de interés de esta corporación cofrade se encuentran en sus redes sociales oficiales en la que los lectores pueden introducirse para hacerse eco de forma fidedigna de los aconteceres de mayor interés que han surgido y siguen aconteciendo en este grupo de hermanos – cofrades, caracterizados en su Estación de Penitencia por el absoluto silencio mortificante del espíritu que se recogen bajo los atributos religiosos del hábito de cola recogida de negro ruan con el única luminaria del largo cirio que alumbran las pisadas a pie de calle, en su inmensa mayoría descalzos para mayor veneración a tan fervorosa y devocional imagen del Gran Poder en misericordia y compasión tras la Redención en el Calvario.

Pero unos datos sucintos de interés general es conveniente resaltarlos por su impronta cofrade tan singular e identitaria de esta Cofradía del Gran Poder, siempre desde el verdadero espíritu de apostolado que se derivan de estas líneas amanuenses, sin más fin, que elogiar de forma loable y plausible estos veinticinco años de convivencia comunitaria a través de un asociación pía como lo es esta dignifica cofradía almeriense en la que convergen la penitencia, la sacramentalidad y la gloria.

Sería el año 1994 cuando un grupo de feligreses de la iglesia de San Pio X dirigidos por quien posteriormente fue Hermano Mayor, Francisco Díaz Álvarez, se llevó a puro y debido efecto, tras la fundación a nivel eclesiástico con el nihil obstat del Monseñor Rosendo Álvarez Gastón, el segundo de los hechos más destacables, la bendición el día 9 de junio de 1995 de la imagen sagrada de Nuestra Señora del Carmen, obra del escultor imaginero José Antonio Navarro Arteaga, por el sacerdote y párroco Rvdo. Andrés Anés Fernández, siendo los padrinos de tan solemne y devoto acto la Hermandad Eucarística de la Santa Cena.

Tras la aprobación de las Reglas de la Hermandad por la autoridad eclesiástica, se llegó a ese encuentro con el Señor de la Vida y la Esperanza incardinada en la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, un “republicano” día 14 de abril de 1995, en una ceremonia que fue presidida por el Vicario General de la Diócesis y capitular del Cabildo Catedral Dr. Francisco Alarcón Alarcón.

En el año 1997, tradicional Viernes de Dolores, realizó el Señor del Gran Poder por el barrio del Zapillo su primera salida procesional en Vía Crucis penitencial, después de haber cumplido conforme a las Reglas un solemne Triduo en acción de gracias para escuchar la Palabra de Dios desde la Sagrada Cátedra en la iglesia de San Pío X. En 1998 procesionaria en el Barrio del Zapillo el Sábado de Pasión con tramos de nazarenos en un silencio fue tan impresionante que si no se veía el discurrir de la comitiva nadie podía afirmar que hubiera una cofradía en la calle, salvo la interpretación a corneta del toque de oración a la salida de la imagen desde el Colegio San Fernando.

Desde ese momento, comenzó su andadura procesional y de apostolado cofrade de tan perfectísima efigie caminando por las calles de la indaliana Almería con amplia zancada pero serena, erguido y solitario con una sobria cruz a cuestas, abrazados sus travesaños de madera con ternura sin igual por sus sagradas y condolidas manos, su mística cabeza en la que lleva inserta una corona de largas y afiladas espinas que atraviesan con dolor el cráneo, y la ceja y oreja izquierda, primero en Vía Crucis penitencial por el Barrio del Zapillo y posteriormente, en 1999 por centro de la indaliana capital con penitentes la imagen cristífera fiel réplica del devoto “Señor de Sevilla”, haciéndose la periferia centro traspasando entre palmeras abovedadas el Cable Inglés, un lugar de toma de instantáneas fotográficas al ver discurrir la Hermandad bajo los arcos del antiguo cargadero de mineral, uno de los bienes de interés cultural más señeros de nuestra mediterránea ciudad.

Este año de 1999, la Hermandad de Gran Poder organizó la procesión de alabanza del Domingo de Resurrección con la imagen de Nuestro Padre Jesús Resucitado, la cual se destacó entre las diferentes corporaciones cofrades que asistieron por el elevado número de nazarenos que acompañaron al Cristo Resucitado desde la iglesia de Santiago Apóstol con una cuadrilla mixta de costaleros del Paso del Medinaceli y el Gran Poder.

En el año 2000 realiza en Silencio total por primera vez su paso por Carrera Oficial, seis kilómetros partiendo desde el Colegio de San Fernando debido a las dimensiones del paso, atravesando toda la Avenida Cabo de Gata, antes llamada Avenida Vivar Téllez, convertida en la Vía Dolorosa hasta llegar al centro con una gran seriedad y bien organizada, penitentes con cruces sobre el hombro y nazarenos con cirios rojos con la vista siempre puesta al frente, el estandarte corporativo que fue bordado sobre terciopelo negro en hilo de oro fino y sedas por María del Carmen Castillo, autora también del bordado en el estandarte del Cristo con óleo del rostro del Gran Poder realizado por Navarro Arteaga.

Un carácter sobrio, austero, de completo silencio; un carácter difícil de transmitir y sobre todo de compartir, pero ahí radica uno de los muchos méritos de la hermandad que en ese año era la más joven del concierto cofrade almeriense. Una Hermandad que en solo tres años supo ganarse el respeto, no sólo del mundo cofrade y el apoyo de muchos vecinos y feligreses de su parroquia San Pío X, sino también el de todos los almerienses.

El Zapillo cada lunes Santo se hace silencio sepulcral porque nadie como sus vecinos conocen el espíritu de su cofradía cuando la cruz guía está en la calle escoltada por dos penitentes con faroles. Detrás les seguirán una larga fila de hermanos con túnicas negras, cinturón de esparto y cirios morados. En el centro figuran las distintas insignias que poseen la hermandad, la bandera morada y negra, el estandarte corporativo y el estandarte con la imagen pintada de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.

Sería en la Semana Santa de 2004 cuando la cofradía comenzaría su Estación de Penitencia desde la propia sede canónica en la iglesia de San Pío X discurriendo por la Carrera Oficial con todas las luces apagadas y tan solo la tenue iluminación de los velones rojos que portaban los penitentes y los cuatro faroles del paso que aportaban un hilo le luz entre las tinieblas. Este año le fue entregado a la Hermandad el premio “Guion Cofrade” de Onda Cero Radio por la novedad de su salida y regreso al templo parroquial.En el año 2005, año en el que se celebró en Almería los Juegos Deportivos del Mediterráneo, el día 18 de septiembre, se llevó a puro y debido efecto eclesial la bendición de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso y San Juan Evangelista, imágenes realizadas por el escultor onubense David Valenciano Larios.

La bendición fue apadrinada por la hermandad del Gran Poder de Sevilla. La bendición fue presidida por el Vicario general Tomás Cano Rodrigo, el cura – párroco Francisco Fernández Lao y el canónigo-archivero Juan López Martín. Destacar el X aniversario fundacional de esta Cofradía con un bellísimo cartel realizado por Felipe Ortiz Molina en el que se visualiza con gran ternura maternal el tránsito del paso del Señor del Gran Poder a su llegada al Santuario de la Virgen del Mar, Patrona Coronada y Alcaldesa Perpetua de Almería, un momento estelar de la Semana Santa impregnado de silencio y paz.

Una Hermandad que se hace Cofradía en la calle en completo luto, sin acompañamiento musical ni la presencia dentro del cortejo de mujeres ataviadas con la clásica mantilla española. Inclusive la venia para entrar en carrera oficial se hace sin articular palabra alguna, no rompiéndose por parte de los participantes en el cortejo ese espiritual juramento de silencio de negro ruan. Igualmente, hacer mención por su importancia en el culto externo de esta Hermandad, la realización cada 15 de Septiembre, festividad de los Dolores de la Virgen, desde el año 2011, con la realización de un vespertino rezo del Santo Rosario entorno a la imagen de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, portada en unas andas por costaleros, por el barrio del Zapillo, congregando a gran número de vecinos y feligreses.

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