2015: prisión para Jonathan Moya por asesinar a Miriam, un bebé de 16 meses
15 Aniversario de Diario de Almería
Fue condenado a 23 años de cárcel por el crimen perpetrado en Abrucena
Diario de Almería cumple 15 años. Recordamos algunas de las noticias y reportajes más importantes publicados en estos tres lustros.
Esta noticia se publicó el 25 de noviembre de 2015 en la edición en papel de Diario de Almería, escrito por Miguel Martín.
El que ha sido el caso más mediático de la crónica de sucesos de los últimos años en la provincia de Almería por fin quedó zanjado. El jurado popular ha declarado “culpable” del asesinato de la pequeña Miriam de 16 meses a Jonathan Moya, el único imputado por el crimen de Abrucena. Tras varias sesiones en la Audiencia Provincial, el jurado lo tenía claro. Más aún cuando el propio acusado, Jonathan Moya, aseveró en la sala en su último alegato que era “culpable” y que merecía pasarse varios años en la cárcel porque no llevaba una buena vida en la calle, ni para él, ni para su familia.
Aunque los abogados apuntaban que la confección del veredicto contra Jonathan Moya sería larga y dificultosa, no fue necesario ni un día para que éste fuese declarado culpable del rapto y asesinato de la bebé onubense Miriam Cuerda. Los miembros del jurado, por unanimidad, declararon probados todos los hechos incluidos en el objeto de veredicto que les entregó el lunes el magistrado Luis Durbán y sellaron la suerte del acusado. El magistrado firmó la sentencia en la que condena al individuo a 23 años de cárcel y le impone una indemnización de 300.000 euros a la madre de la menor, a la que no podrá acercarse a menos de 500.000 metros. Moya no tendrá el tercer grado hasta que no haya cumplido la mitad de su pena.
El jurado consideró probado que Jonathan Moya “quitó la vida intencionadamente” a la niña aprovechando que ésta “no podía defenderse” por su corta edad. Asimismo, el joven de 28 años “golpeó en reiteradas ocasiones con fuerza” la cabeza de la pequeña con un objeto “contundente y plano”, lo que, según el informe de la forense, le provocó un traumatismo cráneo encefálico con policontusiones”. “No sólo la golpeó en repetidas ocasiones, sino que, lejos de auxiliarla, la envolvió con papel film transparente para asfixiarla”, aprovechándose de nuevo de la diferencia de edad entre ambos.
En el veredicto se apunta que se considera a Moya como único autor de la muerte de Miriam de acuerdo a la autopsia y porque sus huellas fueron encontradas en el papel film, en varias tazas y vasos ubicados en el cortijo en el que permaneció oculto con la niña durante cinco días, así como que su ADN estaba en el cadáver de la menor.
En cuanto a la detención ilegal o rapto de la menor de 16 meses, el jurado dice que se produjo “siguiendo un plan preconcebido”, de forma que “privó de libertad intencionadamente” a Miriam “en contra de la voluntad de la madre durante más de cuatro días”. En este sentido, recuerdan que la madre de la niña, Gema María Cuerda, manifestó que Jonathan Moya se la llevó sin su consentimiento, por lo que tuvo que interponer una denuncia contra él ante la Guardia Civil.
Asimismo, la progenitora de Miriam intentó hablar en varias ocasiones con el procesado tras el rapto, sin éxito, por lo que el hermano de ésta tuvo que conversar con Moya por teléfono hasta en tres ocasiones solicitándole que devolviese a la niña, cosa que también hizo la expareja del secuestrador y asesino, sin que éste la entregase.
El jurado popular tuvo en cuenta para afirmar que existió un “plan preconcebido” el testimonio de un familiar de la madre, Gema María Cuerda, que relató cómo Jonathan Moya, mientras ambos consumían heroína, le dijo que la mujer debería tener “cuidado porque alguien podría llevarse a su hija, vender sus órganos y dejarla en una cuneta”, y el hecho de que tras recogerla en el municipio de Guadix, “condujo por vías secundarias para desorientarla” y que él mismo reconoció que “quería darle un susto” y que un tercero le había propuesto llevarse a la niña con “fines económicos”.
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