Si una repentina racha de victorias no lo remedia -y parece quimérico dado que la UD Almería solo ha ganado un partido en lo que va de campeonato- el descenso matemático está a la vuelta de la esquina. La suerte del conjunto rojiblanco está echada desde hace varias semanas y sólo queda saber cuándo se consumará numéricamente. Lo crudo del asunto es que con bastantes probabilidades el retorno a Segunda podría consumarse en casa. 

La distancia con la salvación, marcada por el Celta de Vigo, es actualmente de 15 puntos a falta de 24 por disputarse. En caso de que los indálicos caigan en la visita al Reale Arena de San Sebastián y los gallegos se impusieran al Real Betis en el Benito Villamarín ya se darían las condiciones para poder perder la categoría en la siguiente jornada ante el Villarreal. 

Esa carambola, no obstante, parece difícil que pueda producirse porque habría que caer nuevamente en casa contra el Villarreal y que el Celta ganase su partido, sin olvidar que el Rayo Vallecano también está en liza en la pugna por sortear la pérdida de categoría. Todos los escenarios conducen, por tanto, a la 33ª jornada liguera, que la UDA vuelve a disputar en el Power Horse de forma consecutiva ante el Getafe.

Entonces solo restarían 18 puntos por disputarse y la amenaza de que el descenso se consumase en casa sería más que palpable. Esa tesitura ya aconteció en uno de los dos anteriores descensos de los rojiblancos a la división de plata. Concretamente fue un 23 de mayo de 2015, en la última jornada de aquella campaña. El rival fue un Valencia que llegaba al Estadio de los Juegos Mediterráneos jugándose entrar en Liga de Campeones.

El Almería, con Sergi Barjuan en el banquillo, llegó a ir dos veces por delante en el marcador, 1-0 con gol de Thomas y 2-1 con tanto de Soriano, pero el conjunto ché acabó remontando e imponiéndose por 2-3 (goles de Otamendi, Feghouli y Alcácer para los visitantes) consumando el descenso de los almerienses tras apenas dos cursos en la élite al igual que la presente temporada. Rubén, Michel, Dos Santos, Dubarbier, Casado, Espinosa, Thomas, Corona, Verza, Jonathan y Thievy formaron la alineación inicial aquel fatídico día. 

Sin duda se trata del descenso más traumático de los dos. El anterior, y primero en orden cronológico, se había producido un 7 de mayo de 2011 en Getafe. Alfonso García había contratado a Roberto Olabe a falta de ocho jornadas para intentar una machada a la desesperada que no pudo llevarse a cabo, certificándose la debacle a falta de tres. Los goles de Adrián Colunga y Pedro Ríos condenaron a la UDA a su primera caída desde la cima. El once inicial de aquel día fue el formado por Esteban, Michel, Pellerano, Carlos García, Juanma Ortiz, Luna, Corona, Bernardello, Crusat, Kalu Uche y Goitom. Michel y Corona son los únicos jugadores que salían en la foto titular de ambos descensos. 

De confirmarse ante el Getafe, restarían cinco jornadas para el término de la competición y sería la ocasión que se baja con mayor margen. Se produzca en casa o a domicilio (la siguiente salida prevista en el calendario es a Vallecas el primer fin de semana de mayo), el descenso es desgraciadamente irreversible y merecido tras acumular 26 jornadas como colistas.