Son muy malos. A estas alturas del campeonato ya no sirven los paños calientes. ¿Pero serán los peores? Camino llevan. La última derrota en Vigo envía a la UD Almería virtualmente a Segunda con once jornadas todavía por disputarse (la brecha con la salvación, de 15 puntos, es ya insalvable) y encamina a los rojiblancos a batir todos los récords negativos habidos y por haber en la historia de la competición. El final del curso se va a hacer muy cuesta arriba y ya solo quedará luchar por el orgullo, si es que dentro de ese vestuario queda un ápice del mismo. 

Los registros a eludir son de lo más variopinto. En primer lugar estaría el de no convertirse en el peor equipo de la historia de la máxima categoría, dudoso honor que desde la temporada 1997-1998 ostenta el Sporting de Gijón de los rusos (Nikiforov, Lediakhov, Cheryshev y compañía) que a finales del siglo XX apenas fue capaz de sumar 13 puntos en las 38 jornadas de la competición. La UDA sigue empeñada en hacer méritos para empeorarlos pues en 27 partidos solo ha conseguido 9 puntos y en las 11 jornadas restantes deberían lograr al menos 5 más para no quedar marcados en las estadísticas de buena parte del siglo XXI. 

A nivel colectivo no es la única marca que pueden pulverizar. Hay otra cifra ignominiosa a tiro de dos partidos. En la actualidad el conjunto indálico acumula ya 30 jornadas consecutivas sin cosechar una victoria (27 del actual curso y 3 arrastradas del anterior), situándose a solo 2 partidos más sin ganar del registro histórico de las grandes ligas europeas, establecido por el Derby County inglés en 32. Por delante quedan los enfrentamientos ante Sevilla, Las Palmas, Osasuna, Real Sociedad, Villarreal, Getafe, Rayo Vallecano, Real Betis, Barcelona, Mallorca y Cádiz. A poco que se lo proponga, este equipo ha demostrado ya sobradamente ser capaz de todo.

Y luego están las secuelas a nivel personal que la infame trayectoria que está describiendo el equipo a lo largo del ejercicio 2023-2024 dejará en muchos integrantes del plantel. Empezando por Gaizka Garitano, a quien su obstinación por no presentar una carta de dimisión que hace algunas jornadas hubiera resultado una honrosa y digna salida, le va a provocar marcar su carrera en los banquillos de por vida. Tanto es así que el preparador vasco suma ya 18 jornadas sin lograr el triunfo, colocándose a solo un partido de igualar el récord histórico de Primera, establecido por su paisano Javier Clemente al frente del RCD Espanyol de Barcelona en el lejano curso 1988-1989, cuando permaneció 19 partidos sin ganar con un equipo al que solo un año antes había conducido a una final de la Copa de la UEFA.

Esto es un suma y sigue interminable. Ni siquiera jugadores de lo más potable del año como Sergio Arribas (actual pichichi del plantel con 6 dianas) van a escapar indemnes de la zozobra generalizada. En su caso el joven futbolista madrileño ya se ha convertido en el jugador de Primera División con participación directa en todos los partidos que acumula más jornadas sin ganar, concretamente las 27 que arrastra el equipo a lo largo del presente campeonato. El joven extremo es el único que ha disputado al menos un minuto en la actual pésima racha de resultados. Otros como su compañero Gonzalo Melero ya vivieron la anterior peor racha sin ganar en las filas del Levante UD y ahora la han empeorado en las filas indálicas. Un año para olvidar y hacer el próximo verano borrón y cuenta nueva, se mire por donde se mire.