Fran Fernández está armando algo mayúsculo. Al menos eso es lo que empieza a atisbarse tras un dubitativo arranque liguero que sin embargo no hizo dudar al técnico del trabajo que venía realizándose pese a las limitaciones. En lugar de enrocarse en postulados inamovibles, el zapillero ha sabido ir reajustando poco a poco el plantel para pulir detalles que lastraban sus posibilidades y a día de hoy no se le percibe techo porque el crecimiento es constante jornada tras jornada desde el determinante triunfo copero en Málaga.

En Soria se puso otra pica y no una cualquiera. Cabe recordar que Los Pajaritos era feudo esquivo para los rojiblancos, que en diez visitas anteriores apenas habían podido rascar cuatro empates, por lo que la victoria ante el Numancia de ayer a domicilio adquiere el marchamo de histórica. Estadísticas al margen, permite empezar a ilusionarse.

El Almería se está engrasando y funciona como un equipo, pero en ese colectivo sobresalía una individualidad por encima del resto: Juan Carlos Real. El mediapunta gallego salió trasquilado de las últimas jornadas, le llovieron merecidos 'palos' por su deambular apático y parece haber respondido a las críticas como hacen los grandes futbolistas, hablando en el campo.

Cuajó una primera mitad descomunal, sobresaliente en todos los aspectos, pero principalmente en el denodado esfuerzo que ejerció en la presión sobre la salida de balón rival que le generó no pocos inconvenientes a la zaga soriana, provocando pérdidas que casi se rentabilizan con goles. De hecho le anularon uno en el 20' por falta previa en un despiste del meta Juan Carlos que casi aprovecha y envió un centro medido para que Saveljich cabecease a la red en el segundo palo en el minuto 32', también anulado por un fuera de juego bastante dudoso, ya que el argentino, como poco, estaba en línea.

Al despliegue de recursos mostrado por Real se unió una notable mejoría a balón parado en las acciones ofensivas, tanto en los saques de esquina como en las faltas, erigiéndose Saveljich en el central dominador del juego aéreo que se le presupone. Fran mostró que también sabe trabajar bien la pizarra con acciones de estrategia bien ejecutadas.

Y otro detalle que tampoco es baladí ni conviene olvidar es que este Almería muerde. Nada menos que 18 faltas en feudo ajeno cambian la faz de un equipo bisoño y timorato en dicho aspecto en cursos precedentes. Eso habla de intensidad y agresividad, justo lo que echaba en falta López Garai en su escuadra.

Se vio a un Numancia desnaturalizado, perdiendo de forma alarmante sus señas de identidad de juego aguerrido debido a esa transición hacia el dominio de la posesión que López Garai quiere implantar para poner tierra de por medio respecto a Arrasate. Aglutinar el 64% de la misma le sirvió de bien poco, aunque pudo adelantarse en el 39' de no ser porque René atajó un zurdazo de Guillermo tras revolverse en el área al recibir un pase de Yeboah.

El premio al empuje lo encontró el Almería al borde del descanso con una falta lateral sin aparante peligro lanzada por Real con toda la intención al corazón del área, donde se genera el caos, y que entró en la red al no encontrar a nadie que despejase el esférico.

En la segunda mitad el Almería dio un peligroso paso atrás, pero de nuevo emergió la agigantada figura de René para realizar una plástica 'palomita' evitando la igualada tras un cabezazo del recién ingresado Higinio. Con tres '9' sobre la hierba el Numancia lo intentó por medio de Noguera y Viguera también, sin éxito.

Fran desarticuló al rival con la entrada de Chema, que nada más recibir ya filtró un pase de gol que Aguza enviaba alto y en el 87' daba la puntilla culminando una acción personal de Corpas rompiendo por potencia a la zaga y un gran gesto técnico de Álvaro Giménez girando sobre sí mismo en el área.