UD ALMERÍA | Contracrónica

Garitano va camino de batir otro récord negativo en el Almería

Gaizka Garitano junto a su segundo, Patxi Ferreira, en el banquillo del Nuevo Los Cármenes

Gaizka Garitano junto a su segundo, Patxi Ferreira, en el banquillo del Nuevo Los Cármenes / Pepe Torres / EFE (Granada)

Salvo que la UD Almería lo remedie en forma de destitución o el propio Gaizka Garitano ponga pie en pared presentando su carta de dimisión (harto improbable) el técnico vasco lleva camino de batir otro récord negativo. Si a nivel colectivo el equipo rompía con la igualada en Los Cármenes ante el Granada la marca que ostentaba el Levante entre los cursos 2021 y 2022, cuando sumó 27 jornadas consecutivas sin ganar, fijándola por el momento en 28, a nivel particular sus números tampoco son muy halagüeños.

El Almería no gana desde que lo hiciera por última vez hace 9 meses. Fue el pasado 20 de mayo, cuando batía por 3-0 al Real Mallorca con triplete de Lázaro Vinicius y Rubi en su banquillo. Una semana después de aquella fecha, el 27 de mayo, Garitano sumaba su último triunfo liguero. Fue cuando dirigía al Eibar, imponiéndose a domicilio por 0-1 al Huesca en la última jornada del campeonato 22-23 de Segunda División. Antes los azulgranas habían acumulado hasta nueve duelos sin ganar, lo que precipitó que no continuase al frente del banquillo armero.

Desde su aterrizaje en Almería el pasado 22 de octubre para tomar las riendas tras la temprana destitución de Vicente Moreno (cesado en la jornada 7ª porque el equipo no ganaba), Garitano y su staff ha estado al frente en 16 jornadas, con un balance de 5 empates y 11 derrotas, sumando por tanto 5 pírricos puntos sobre 48 posibles en los cuatro meses que lleva al cargo de la nave indálica.

Debutó con derrota en Montilivi, feudo del Girona (5-2), a la que siguieron otros cuatro duelos perdidos: Las Palmas (1-2), Alavés (1-0), Real Sociedad (1-3) y Getafe (2-1). El empate sin goles ante el Real Betis en casa en la 15ª jornada fue el primer punto sumado, cayendo luego en la visita al Atlético (2-1), para volver a empatar sin goles en el Power Horse contra el Mallorca (0-0), caer consecutivamente en Barcelona (3-2) y Pamplona (1-0), arrancar otra igualada casera ante el Girona (0-0), perder en el Bernabéu con polémica arbitral (3-2), encajar una goleada ante el Alavés (0-3), claudicar en Mestalla (2-1), sumar un punto contra el Athletic (0-0) y otro en el desplazamiento a Granada (1-1)

Números paupérrimos teniendo en cuenta que fue contratado para reactivar al equipo en busca de una permanencia que desde hace tiempo es quimérica. Esta mala racha de 16 jornadas sin ganar ha aupado al ex del Eibar al cuarto puesto entre los entrenadores que concatenaron más fechas en barbecho, igualando a otros como Mendilibar, Manolo Hierro, Paco López, Benítez, Jémez o Almirón. 

El podio, al que podría encaramarse en caso de no ganar al Atlético de Madrid el próximo sábado ejerciendo de local (21:00 horas), está conformado por Sergio González en el tercer escalón con 17 partidos seguidos sin ganar al frente del Cádiz antes de ser destituido. El técnico serbio Milorad Pavic figura en el segundo al llevar al Club Deportivo Málaga a Segunda en el curso 1976-1977 siendo incapaz de ganar ninguno de sus últimos 18 enfrentamientos, y su paisano Javier Clemente lidera esta estadística.

El Rubio de Baracaldo llegó a encadenar 19 jornadas sin lograr una victoria en su etapa al frente del RCD Espanyol en el curso 1988-1989, enlazando esa racha en las últimas jornadas y provocando el descenso de los periquitos a Segunda. Se da la circunstancia de que el 18 de mayo de 1988 había conducido a ese plantel a la final de la Copa de la UEFA, que perdió ante el Bayer Leverkusen alemán tras dejarse remontar un 3-0 que traía del choque de ida en Sarriá, cayendo finalmente en una agónica tanda de penaltis. 

Estos guarismos hacen completamente inviable que Gaizka Garitano sea el encargado de asumir el próximo proyecto del club en la categoría de plata en busca del retorno a Primera, por lo que la única explicación a que la entidad no haya procedido a su destitución tiene que ver con el hecho de ahorrarse el coste económico del finiquito y evitar que su sucesor se queme antes de tiempo cargando un descenso a sus espaldas.

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