UD Almería

Las florituras de Sadiq empiezan a enfadar

Sadiq, perdido en uno de sus incomprensibles regates.

Sadiq, perdido en uno de sus incomprensibles regates. / Javier Alonso

Uno de los jugadores que más bajón ha experimentado en las últimas jornadas es Umar Sadiq. Es cierto que el nigeriano lo ha jugado todo, pero su poca aportación desde que no acudió a la llamada con su selección no apunta tanto a cansancio físico, como a su manía de tratar de regatearse hasta sí mismo cada vez que se aproxima al área.

No es algo nuevo, por eso no se puede achacar al aspecto físico. Al principio de temporada, en pleno proceso de adaptación, el nigeriano estaba más en el suelo que erguido. A final de la primera vuelta, a tope de confianza porque todo lo que tocaba acababa en gol, comenzó a adornarse demasiado con el balón en los pies. Por ejemplo, ante la Ponferradina casi falla con la portería vacía por tratar de regatear cuando los rivales estaban ya en el suelo. Pero entonces todo lo entraba y se perdonaban sus frivolidades.

Ahora la cosa ha cambiado. El Almería necesita más eficacia y menos preciosismo. Y Sadiq no lo entiende. Ante el Rayo tuvo el 1-o, tras recuperación de Carvalho, pero quiso lucirse otra vez más y en vez de darle un punterazo al balón, quiso driblar a Saveljich, que se lo esperaba y le robó. A sus compañeros no les gustó nada el fallo, sus caras mostraban enfado por el goleador.

Gomes lo sustituyó poco después por Villar, que en las últimas jornadas está bastante metido y con ganas de aportar. No sería raro que en La Romareda fuera titular y Sadiq se quedara en el banquillo. El técnico siempre lo ha mimado mucho en las ruedas de prensa, pero también tiene que darle un toque de atención.

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