Pensar antes de hablar

HAY veces en las que no somos ni conscientes de lo que decimos. O lo somos pero no nos damos cuenta de que quizás lo idóneo no sea decirlo en voz alta. Somos humanos y cuando un sentimiento se apodera de nosotros es difícil acordarse de esa regla que dice que antes de abrir la boca más vale pensar dos veces que vamos a soltar, porque si no lo pensamos ni un segundo, podemos meter la pata hasta el fondo. El exjugador de la UD Almería Hernán Pellerano está pagando estos días esa falta de templanza. Al futbolista de Independiente no se le ocurrió otra cosa que, refiriéndose al partido que Racing jugará ante el Bolívar (Bolivia) por la Copa Libertadores, previo a uno de los clásicos de la Liga de Argentina, decir que "me alegrará mucho si pierden y vuelven con lesionados". Palabras, sin duda, fuera de lugar, sobre todo de boca de un futbolista. Además, teniendo en cuenta como está el tema de la violencia en los campos argentinos, esta expresión del ex del Almería no ayuda mucho. Sus declaraciones causaron tal revuelo, como es lógico, que el defensor tuvo que dar explicaciones y rectificar y en una entrevista para Clarín comentó que lo dijo "en un tono distendido. Por supuesto que no le deseo el mal a nadie, me refería a que vengan cansados, como para tener una ventaja anímica". Quizás cuando lo dijo se dejó llevar por ese fanatismo que tanto caracteriza al balompié argentino, pero como jugador, en el fondo, me extrañaría que Pellerano pueda llegar a desear de verdad que un compañero de profesión, por muy rival que sea, sufra una lesión, más que nada porque el lo ha pasado muy mal en algunas etapas de su carrera por culpa de las lesiones y sabe muy bien lo que es. Y seguramente sepa y tenga muy bien aprendido que por encima de ganar está el respeto a los rivales, pero un pequeño arrebato le ha jugado una mala pasada por no pensar antes de hablar.