La calidad se sirve en el Mercado Central de la capital

Es un escaparate vivo de productos locales , frescos y de temporada; la mejor despensa para los momentos más especiales

La Navidad en Almería se saborea

Las gildas son tendencia y en el Mercado Central de Almería el puesto 35 de la primera planta es el lugar adecuado para degustarlas / Javier Alonso

El Mercado Central de Almería es el corazón gastronómico de la capital en estas fechas y durante todo el año. Es sin duda el lugar donde se sirve la calidad en toda la gama de productos: carnes, pescados, frutas y hortalizas, salazones, encurtidos, flor cortada... e incluso en los establecimientos de restauración. Ir de compras a este lugar tan emblemático de la ciudad es adentrarse en el bullicio de los clientes que acuden en busca de las mejores viandas para dar de comer a sus seres queridos en los días más especiales del año. Los pasillos se llenan de luces, conversaciones animadas y aromas que anticipan mesas largas, reencuentros familiares y recetas suculentas de toda la vida.

José Rumí, el puesto 35 del Mercado Central de Almería donde se sirven las gildas más elegantes, llamativas y sabrosas / Javier Alonso

Predilección por las gildas de José Rumí

Las gildas son una gran tendencia gastronómica y cada vez están más presentes en las cartas de bares y restaurantes de la provincia. En el Mercado Central de Almería el reino de las gildas está en el puesto número 35 de José Rumí, donde la variedad, la calidad y el sabor las hace únicas y exquisitas. De elaboración propia y con los productos de altísima calidad que también vende en su establecimiento, cada mañana se afana en exponerlas al público para deleitar la vista y el paladar.

En la primera planta, donde están los puestos de frutas y verduras, la Navidad se pinta de colores intensos. Naranjas brillantes, granadas abiertas como joyas, alcachofas firmes y hortalizas recién llegadas de la huerta almeriense hablan de una tierra generosa incluso en invierno. La calidad se percibe al tacto y al olor en todos y cada uno de los productos pero sobre todo en los de temporada , que prometen platos de gran valor y sabor. Es lo que Diario de Almería ha podido comprobar durante su paseo por cada una de las paradas en estos días previos a la Navidad. Nada está puesto al azar y todo lo que se ofrece al cliente es lo mejor del momento.

Al lado de los escaparates de la huerta se encuentran las carnicerías y charcuterías, que ofrecen el contrapunto festivo perfecto. En las vitrinas, llamativos entrecot, pollos y corderos para agradar a una clientela fiel que hace cola para recoger encargos o la compra del día. Además de embutidos curados con paciencia, jamones que presiden los laterales como auténticos símbolos navideños y quesos que invitan a probar de una amplísima variedad. Cada producto parece contar una historia y, si alguno pasa desapercibido, para eso están los comerciantes, que ya se encargan de relatar la denominación de origen de cada uno y de ensalzar sus virtudes.

Salazones, conservas, ahumnados, dulces, licores..., otros productos que se pueden encontrar en este espacio gastronómico de la capital / Javier Alonso

En el sótano es donde el mar toma protagonismo y es donde en estos días, quizá, más clientes se concentran. Al menos así se percibe en la víspera de Nochebuena y Navidad. Y es que ir a por marisco es un auténtico ritual navideño. Más en Almería, que es una ciudad donde a la gente le gusta poner en los días clave el mejor producto de nuestra costa.

De salazones, gildas, conservas de las mejores casas y encurtidos habla el puesto de José Rumí, en el número 35, donde todo es elaborado sin prisa, con precisión, con buen gusto y bajo la premisa de que la calidad prevalece por encima de todo para sus clientes.

El Mercado Central de Almería en Navidad no solo abastece despensas, sino que alimenta tradiciones. Es el lugar donde la calidad se convierte en confianza, donde cada compra lleva implícita la promesa de una mesa bien servida y donde la esencia de estas fiestas se encuentra en el producto cercano, auténtico y lleno de sabor. Porque, al final, la verdadera Navidad también se cocina… Y como se suele decir, todo gira alrededor de la buena gastronomía.

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