Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
El arte urbano tiene un poder transformador. Hasta un viejo muro ajado puede convertirse en una obra que cambie por completo la apariencia de una calle. Eso es lo que consigue con sus grafitis el artista Nauni69 en El Ejido. Lo que antes era una pared sin interés alguno ahora es un rincón que la gente busca, contempla y fotografía.
Un claro ejemplo es el mural ubicado en la calle Sierra Nevada en el que Manolo Escobar y su carro comparten protagonismo con el creador de contenido conocido como Truco Rumano, famoso por bromear sobre los estereotipos que pesan sobre sus compatriotas. Es un grafiti cargado de humor con el que por fin se resuelve una de las mayores incógnitas de la cultura popular española: ¿quién le robo el carro a Manolo Escobar o, al menos, se quedó con los clavos?
Esta obra mezcla uno de los iconos más castizos de Almería (Manolo Escobar) con las redes sociales y el arte urbano. Es un muro de unos 14 metros lineales y algo más de 3 metros de altura. A la derecha aparece Manolo Escobar, con el aspecto que tenía en sus últimos años. En medio se puede contemplar el carro a través de un falso boquete abierto en la pared. Junto a él, una de las estrofas de la famosa canción: "Me dicen que le quitaron los calvos que relucían, creyendo que eran de oro de limpios que los tenía". Y a la izquierda del muro, Truco Rumano con los clavos en la mano y mordiendo uno de ellos para comprobar si es de oro o, al menos, de cobre (en sus vídeos suele hacer referencia a la fama que tienen los rumanos de robar cobre).
"Yo no tenía ni idea de que me iban a dibujar, me enteré ya una vez que terminaron el grafiti y el propio Nauni me etiquetó en un vídeo en las redes sociales", explica Valentín Olariu, conocido como Truco rumano en las redes sociales en las que suma casi dos millones de seguidores. Le encantó este homenaje y la broma —aunque admite que al principio no la entendía— y cuando fue a ver el grafiti en persona se quedó impresionado: "Es flipante; cuando lo vi pensé que se me veía mejor en la pared que en persona", bromea este rumano afincado en la provincia de Almería. "Para mí fue un detalle bonito y, sobre todo, me hace ilusión que la gente se haga fotos con el grafiti y me las mande", asegura.
Nauni69 realizó el mural a finales del mes de enero y desde entonces no ha dejado de ganar popularidad gracias a las redes sociales. Hay personas que incluso viajan desde otros pueblos del Poniente Almeriense para verlo y fotografiarse. De hecho, alguien incluso ha añadido la ubicación exacta del grafiti en Google Maps como si se tratase de un hito o monumento más de la ciudad.
Pero este no es el único grafiti de este estilo en la zona. Girando la esquina de la calle San Lucas nos topamos con Ejecutivo por el mundo, otro creador de contenido almeriense que suma millones de seguidores en redes sociales.
Quienes usen TikTok, Instagram o Facebook seguro que conocen a Truco Rumano o, al menos, alguna vez les ha saltado uno de sus vídeos. Sin embargo, otros muchos lectores de este diario no sabrán quién es Valentín Ángel Olariu y por qué se ha convertido en una figura tan popular.
Este rumano nacido en Dornești, un pequeño pueblo de la región de Suceava, se hizo viral con vídeos donde bromeaba sobre los estereotipos que existen sobre los rumanos, con un sentido del humor muy característico que ha sabido conectar con el público joven. Un éxito totalmente inesperado, pues le llegó sin pretenderlo, como explica a Diario de Almería: "Yo no usaba ni TikTok ni Instagram ni nada de eso. Pero un día, mi empresa me mandó a recoger una garrafa de gasoil para echársela a la furgoneta y me vieron algunos de los obreros y empezaron a bromear preguntándome que de dónde había robado la garrafa. En ese momento le pedí a un amigo que me grabase y surgió el primer vídeo. Utilicé todas las barbaridades que me decían los albañiles para fingir que había robado el gasoil de un camión. En unas pocas horas tenía 800.000 visitas".
De ahí le vino su primer nombre en las redes, "El rumano del gasoil", que cambiaría a Truco Rumano después de que le hackeasen la cuenta. Y desde entonces no paró de subir vídeos en las obras (trabaja de carpintero metálico), en su día a día o incluso contando cuando se hizo un trasplante de pelo. Ideas que le surgen en el momento, según confiesa, pues nunca tiene pensado qué contenido va a hacer y se deja llevar por la improvisación: "Soy espontáneo. No soy de pensar que mañana voy a hacer un vídeo de esto o de lo otro. Si veo ahora mismo una cucaracha que pasa por aquí, cojo y hago un vídeo".
Que sea un rumano el que hace humor sobre sus propios estereotipos no siempre ha sido fácil. "Cuando vi algunos de los primeros comentarios que dejaban en mis vídeos me llevé las manos a la cabeza", recuerda. De hecho, confiesa que algunos de sus compatriotas lo han criticado: "Suelen ser los que llevan décadas en España y no se han integrado; personas que tienen una idea barata del patriotismo".
Pero la vida de Valentín Olariu no es solo lo que se ve en las redes sociales. Su historia es el relato de una aventura como la de tantos otros rumanos y personas de Europa del Este que emigraron a España a principios del siglo XXI. Abandonó su país sin nada. "Me subí a un autobús con solo dos euros en el bolsillo que tenía que guardar hasta llegar a España para poder llamar a mi hermano para que me recogiera y pagase el billete", explica. Llegó a Almería con solo 16 años, tras un viaje que se convirtió en una odisea (se olvidaron de él en una de las estaciones de servicio donde pararon en medio de Europa y tuvo que gastar esos dos euros en una llamada para hacer que el bus volviera.
Los primeros años vivió con su hermano, que ya estaba aquí, y trabajó en las ferias con una familia de Tíjola. "Mi primera feria fue la de Tabernas. Estuve nueve veranos con ellos, y en invierno trabajaba de pintor", recuerda. Más tarde consiguió el trabajo en la carpintería metálica y ahora vive en Aguadulce, donde ha formado una familia. "Ya soy español y todo, tengo la nacionalidad", cuenta a este periódico.
Valentín lleva más de la mitad de su vida en Almería y es un almeriense más. Y no uno cualquiera, porque no todos tienen el honor de estar en un mural junto a Manolo Escobar. Eso sí que debe ser un buen truco rumano.
Toda la ciudad de El Ejido (y algunos otros municipios de Almería) están llenos de obras de Nauni69, uno de los mejores grafiteros de España. Aunque nació en Cornellá del Terri (Gerona), con diez años se mudó a El Ejido. Cuenta en su palmarés con importantes premios, el más reciente hace menos de un año cuando se proclamó como campeón absoluto de la Liga Nacional de Grafiti en Tarifa.
Según explica Raúl Moreno, Nauni, comenzó a dibujar desde muy niño intentando dar forma a sus ideas, continuó dibujando para ir adquiriendo más soltura y dominio de las proporciones.
Con 17 años comienza a trabajar y sin cursar estudios de bellas artes, apuesta por una “carrera” autodidacta. Va probando técnicas y estilos diversos, trabaja con distintos materiales… con la necesidad de dar forma a sus ideas. En 2006 se decanta por la técnica del aerosol con la que consigue provocar en el viandante múltiples sensaciones: nostalgia, alegría, bienestar...
Destaca su destreza con el spray que utiliza en la mayoría de sus obras, ya sean talleres, decoraciones artísticas, murales, hasta un total de más de 1.500 obras de diversos estilos aunque con predominio del realismo.
En su perfil de Instagram, con más de 23.000 seguidores, se pueden ver muchas de sus obras entre las que hay muchas caras conocidas como John Lennon, la actriz Vanesa Romero o el rapero Sho-hai, entre otros.
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