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Chuletas 2.0: el día en que el consumo de datos entró en escena

Ya han sido imputadas personas que fueron cazadas por utilizar cámaras o teléfonos para realizar exámenes

El pinganillo es el más famoso invento utilizado por algunos estudiantes para intentar aprobar.
R. E.

21 de septiembre 2014 - 01:00

Llega un punto en el que las innovaciones a la hora de copiar en los exámenes tienen que ver más con guiones de cine gangster y policial que con alumnos de instituto o universidad. Pero es la pura la realidad y en las últimas fechas han entrado en escena chuletas digitales, o lo que es lo mismo, almacenar datos en el móvil, en pequeños relojes o incluso usar 'pinganillos' para comunicarse con el exterior. Y algunos son unos auténticos especialistas en estas lides.

Buscamos en Google "pinganillo para copiar en exámenes" y de inmediato aparecen más de 3.000 resultados que ofrecen a los estudiantes la posibilidad de conseguir uno de estos pequeños aparatos que parecen estar convirtiéndose en la última tendencia para conseguir aprobar un examen sin necesidad de estudiar. "Pinganillo para copiar en exámenes por 100 euros", es uno de los primeros resultados y a continuación el vendedor aclara en su oferta que "he probado esta forma de chuleta y puedo responder a cualquier duda que me hagáis sobre estos aparatos". En definitiva, toda una revolución y un nuevo quebradero de cabeza para los profesores. Las llamadas "chuletas electrónicas" está llevando a que el profesorado agudice el ingenio.

El pinganillo que funciona mediante una llamada es lo más común y se puede adquirir en cualquier tienda de electrónica o especialistas en espionaje. Algunos comerciantes del sector niegan vender productos con ese fin y aseguran que ellos facilitan elementos para el "control de seguridad y para profesionales", detectives, o particulares que deseen mejorar la seguridad de sus hogares. Pero las tiendas online especifican el uso de estos utensilios y se nombra literalmente el término "chuleta electrónica" para referirse al conocido pinganillo. Incluso las hay que tienen un apartado exclusivo para exámenes. Pero también está el estudiante clásico que se conforma con el típico bolígrafo grabado, la goma o la tapa de estuche.

Un ejemplo claro de lo que han avanzado las estrategias para copiarse sucedió en enero de 2014 en Soria, donde imputaron a un ciudadano chino por intentar copiar con una microcámara en el examen teórico de conducir. Llevaba una microcámara y equipamiento electrónico oculto entre sus ropas para remitir las imágenes del examen a alguna persona que le ayudara a responder las preguntas desde el exterior. Mediante un dispositivo electrónico recibía, presuntamente, impulsos eléctricos que le servían para elegir la respuesta correcta.

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