Crónicas desde la ciudad

Convento de Las Puras (XX): Iconografía (I)

  • Junto a la destrucción (o desaparición) de determinados enseres y obras artísticas, la quema de su Archivo supuso la pérdida más dolorosa del acumulado patrimonio monástico

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Mi mínima formación en el fascinante mundo de las Bellas Artes desaconseja elaborar un inventario del patrimonio artístico reunido por la comunidad en su medio milenio de estancia en Almería. Lo contrario sería emborronar gratuitamente la página. Emulando al amigo Manolo del Águila, “soy un individuo escrupuloso que quiso saber de mucho y no pasó el dintel del templo de la ciencia”. Por ello espero que en caso de editarse un libro con motivo de su 500º aniversario, el Arte ocupe un capítulo relevante. Mientras tanto sí que podemos aproximarnos a las obras que están a la vista de todos y a las que me han sido posible admirar a escasos centímetros. Las indicaciones de las monjas y la lectura de unas “memorias” de sor Encarnación Cintas harán el resto. 

Iglesia 

En su extremadamente severo perímetro, salvo la fachada del antiguo colegio, sobresale la adintelada puerta de la calle Cervantes y la mínima fachada barroca de la iglesia, datada en el transcurso del s.XVIII, coincidente con el renacer económico del monasterio. Labrada en cantería y adornada por motivos vegetales, sendos escudos y medallones alegóricos a la Luna y el Sol. Ambas presididas por Inmaculadas cobijadas en hornacinas. La representación escultórica de su titular se completa con otras cuatro de distinto mérito, fechas y parejo tamaño: en el compás, puerta reglar, claustro septentrional y en el centro del magnífico retablo principal, presidido por un Crucificado y, en las calles inferiores, las imágenes de san Francisco, santa Clara y otros dos frailes franciscos. De esta Inmaculada Concepción se afirma (sin aportación documental) que la adquirieron en 1641; estando atribuida su hechura –tesis más convincente- al granadino José de Mora o a su escuela y de la que en otro capítulo ya escribí como se salvó de la cerril barbarie. Retablo y efigie son las más preciadas joyas de la corona concepcionista. 

Beatriz de Silva. Beatriz de Silva.

Beatriz de Silva.

La iglesia -reedificada sobre una anterior capilla- es de una sola y sencilla nave, de estructura mudéjar y espléndido artesonado en madera, de par y nudillo, solo visible en el coro alto ya que la armadura del resto fue cubierta por una bóveda de yeso. Sobre ambas paredes cuelgan diez cuadros de considerable tamaño, entre ellos una Virgen de las Angustias y un san Francisco, de Antonio Bedmar, completando la serie de cuatro que posee la comunidad del pintor almeriense: La Purísima, La Porciúncula y Teresa Enríquez. El lateral derecho se cubre con dos capillas: la primitiva de san Roque (ahora ocupada por san Juan Scoto) y la de san Juan de Nepomuceno, erigida por Francisco Pérez de Perceval y Marín, en la que hoy luce santa Beatriz de Silva, su fundadora. En el lado izquierdo, flanqueando el púlpito, dos retablos superpuestos al muro, con arcos policromados. A un lado y a otro se hallan la sacristía (con puerta independiente al “compás” de la calle  Cervantes), la reja del coro bajo y una pequeña puerta a la cratícula por donde el sacerdote comulgaba a las monjas. 

Pedro Segado y Ortiz Estrella 

Si la comunidad guarda grato recuerdo de la Guardia de Asalto, parejo agradecimiento debe a Pedro Segado, perteneciente a la prestigiosa “Casa de Electricidad Segado”. En febrero de 1941 el gobernador Civil remitió al alcalde Navarro Gay una extensa “Memoria de la situación en Almería como consecuencia de la dominación roja”. Entre otras cuestiones especifica los daños sufridos en establecimientos religiosos durante el conflicto bélico. Referido al convento de Las Puras señala: 

La bellísima portada renacimiento de la Iglesia, una de las joyas arquitectónicas que posee Almería, presenta afortunadamente pequeños desperfectos, pero ha sido destruida una Imagen de la Inmaculada que, dentro de una hornacina, coronaba el gracioso conjunto.

Se han salvado una preciosa talla de la Purísima, obra digna de las gubias de Alonso Cano; un San José con el Niño, también notable; los lienzos, retablos y Altares del Templo, así como la graciosa torre mudéjar que existe en uno de los ángulos del edificio.

Igualmente se han recuperado algunos paños y ornamentos de bastante valor. 

Pues bien, gran parte del mérito hay que atribuírselo al citado Segado, corresponsable de la Comisión de Arte del gobierno de la República, y a las órdenes de Antonio Ortíz Estrella, alcalde de la ciudad (procesado en el sumario de Guerra nº 12.270/40 y condenado a cadena perpetua). Las piezas más pequeñas pasaron a dependencias de la catedral cerradas con llave, y las de mayor volumen, especialmente el retablo (removido de su anclaje, según me informa Eduardo Blanes, arquitecto restaurador), permanecieron en su lugar o fueron depositadas en el cementerio y casa-portería, custodiada por guardias de Asalto. En la posguerra fueron restituidas a sus legítimas dueñas. De las anteriores nunca más se supo… O sí. Estaban (y sorpresivamente siguen) en posesión de hermanos en Religión. La barbarie destruyó, lamentablemente, muchísima iconografía sacra, pero no toda. No es lo mismo quemar o destruir que hacerla desaparecer por manos blancas. 

En el cementerio monacal se guardaron a buen recaudo distintas imágenes y retablos

A mayor abundamiento, publicamos, obligadamente extractado, un extenso documento inédito. Se trata de la declaración jurada del antiguo concejal Antonio Villegas Murcia, “designado por la Autoridad Militar y Civil del Glorioso Movimiento Nacional en Almería, Delegado para atender los Servicios Municipales y, después de la Liberación, Gestor de la Excma. Diputación Provincial, quien como cristiano jura y como caballero promete ser cierto lo que a continuación se relata”: 

Que don Antonio Ortiz Estrella, Alcalde de la Ciudad elegido por el Ayuntamiento, después de las elecciones de Diputados a Cortes… guardó al Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis, Don Diego Ventaja, las máximas consideraciones oficiales y particulares, así como prestó auxilio resuelto y decidido a la Comunidad de Monjas de la Purísima Concepción y Hermanas de las Caridad del Asilo Siervas de María, contra los atropellos de que fueron víctimas en sus Templos, Conventos y personas, por parte de organizaciones rojas exaltadas (…)

La comunidad guarda grato recuerdo de Pedro Segado, corresponsable de la Comisión de Arte

Que el Señor Ortíz Estrella, una vez triunfante la revolución roja en Almería, recabó del Comité Central, con el fin de dedicarlo a servicios municipales, la cesión para el Ayuntamiento, del convento de la Purísima, teniendo ello como finalidad favorecer a la citada Comunidad de Las Puras, donde también estaban refugiadas las Siervas de María… facilitándoles sus traslados a domicilios particulares.

Que con el mismo motivo antes indicado, designó una sección de la Policía Urbana, a las órdenes del artista don Pedro Segado, para que desarmara los magníficos retablos de los Altares de la Iglesia, trasladándolos al departamento del Cementerio Conventual, donde también fueron guardados la magnífica e importante colección de cuadros y las ropas litúrgicas de gran valor histórico y artístico, pues provienen de donaciones hechas por los Señores Reyes Católicos y Don Carlos V, los cuales afortunadamente se han conservado...

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