Las Refajonas de Níjar celebran su cuarto de siglo con una gala

Reconocimiento especial al cantaor José Sorroche y al guitarrista almeriense El Niño de las Cuevas

Las Refajonas de Níjar celebran su cuarto de siglo con una gala
Berta F. Quintanilla / Almería

03 de agosto 2010 - 01:00

Han pasado veinticinco años del Érase una vez, de los comienzos y las primeras esperanzas. De aquellos desvelos y del no sé qué pasará. Ahora ya se han consolidado. Vestidas con los trajes típicos de la comarca, toman la calle al son de guitarras flamencas y de las palmas vecinales. Ellas son así. La esencia de la localidad. Los vecinos lo saben y por eso, cada vez que las atisban en lontananza montan la algarabía. Veintinco años ya, y parece que fue ayer.

El pasado fin de semana, con el fin del mes de julio y paso acelerado a los calores de agosto, tuvo lugar una actuación. Diversas actividades centradas en el folklore nijareño. Las raíces de una sociedad mostradas sin escrúpulos, con el corazón, a los vecinos y visitantes.

Que prepararse lleva su tiempo, que si una flor por aquí y un refajo por allá. Color y ganas, muchas ganas. La plaza del Mercado inauguraba las jornadas con una muestra de fotografías, vestuario y castañuelas, para que todo el mundo supiera lo que lleva tanto tiempo cociéndose. De lo que hace ya un cuarto de siglo. Sin dejar de lado, claro está, la tecnología audiovisual, que el tiempo no perdona y hay que modernizarse. Un vídeo para dar cobertura a casi todas las actuaciones, cortadas con especial cariño, que han llenado las páginas en blanco de letras doradas. Llega la noche. La luna no es llena pero no importa. Las Refajonas salen al escenario de La Glorieta, preparado para la ocasión con la mejor compañía, voz jonda y profunda, el cantaor José Sorroche, las seis cuerdas flamencas de El Niño de las Cuevas, Antonio García, y el joven nijareño Juan Bernardo Cortés. A lo lejos, empezaban a llegar los miembros de la Banda de Música de la Asociación Cultural de Níjar, que luego también pisarían las tablas.

Junto al Niño de las Cuevas, al que Las Refajonas tienen un cariño especial, el público disfrutó de una farruca y una alegría, y José Sorroche deleitó con su arte, un Fandango de Huelva y el Garrotín. Ambos fueron sorprendidos con un homenaje por parte de las integrantes de esta formación en reconocimiento del trabajo y la dedicación recibidas. Al terminar la velada del viernes, interpretaron junto a la Banda nijareña el Amor Brujo del compositor Manuel de Falla.

Los calendarios marcados, el 31 de julio en rojo, para recordar el Día del Refajo y el grupo, vestido con la indumentaria tradicional y los moños imposibles, de una originalidad contenida, interpretaron bailes folklóricos típicos de la zona como el fandango de Níjar o La Patrona.

Con la organización de estas jornadas, el grupo quiso celebrar con los vecinos y los turistas la historia del grupo agrdeciendo el paso a todas las personas que en algún momento han querido colaborar con este movimiento cultural.

Las Refajonas en estos momentos son 18 personas, entre las que hay un sólo chico, Manuel Herrero. La primera vez que actuaron, en 1985, sólo eran 6.

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