Los asesinatos y homicidios se han duplicado en el primer semestre del año respecto a los registrados en la provincia de Almería en el mismo periodo de 2021. Según los datos publicados por el Ministerio del Interior, entre enero y junio son exactamente seis las muertes violentas contabilizadas entre enero y junio, cuando en los mismos meses del año pasado fueron apenas tres.

Casos como el de Maite, la mujer de 50 años asesinada presuntamente en mayo en Tíjola por su marido, quien se entregó en Vera poco después de que se descubriese el cuerpo de la víctima. O el de la mujer muerta de 68 años muerta en la calle Almedina de la capital almeriense a manos de su hijo, un varón de 33 años que expiró al entrar en parada cardiorrespiratoria.

Y lo mismo ocurre con los crímenes de este tipo que se quedaron en una tentativa al no producirse finalmente la muerte de la víctima. Si en 2021 fueron 9 los homicidios y asesinatos frustrados durante el primer semestre, este año ascienden a 17, un 88,9% más.

Se trata de agresiones como la sufrida por una anciana de 78 años que fue apuñalada a inicios de junio por su marido en una de las viviendas de la Plaza Manuel Falces de la capital; o del hombre de 37 años que en abril habría disparado contra el novio de su expareja sentimental al que acusaba de maltratar a su hija, según se desprende de la investigación policial efectuada al respecto.

En un primer momento, podría pensarse que los últimos coletazos de las limitaciones por la pandemia de la covid-19 podrían influir este significativo aumento. Sin embargo, al consultar la estadística del Ministerio del Interior relativa al primer semestre de 2019, último año antes del confinamiento, los datos fueron menores: Cuatro casos de homicidios y asesinatos consumados y otros cinco en tentativa. Eso sí, en 2018 hubo siete casos de cada tipo.

Llama también la atención que en el bloque de “delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria”, también se ha producido un incremento de casos, pasando de los 161 del año pasado a los 225 de 2022, lo que supone un 39,8% más. No pasa lo mismo con los casos de secuestro, ya que en el ejercicio previo se registró un único caso y en el presente no hay constancia de ninguno.

Y en unos momentos marcados por la preocupación ante los supuestos pinchazos que buscan una “sumisión química” de la víctima, destaca también entre estos datos que los delitos contra la libertad e indemnidad sexual hayan crecido un 23,5%, pasando de 135 a 168. Dentro de este bloque, las agresiones sexuales con penetración se mantienen con un pequeño aumento (de 23 a 24).

Asimismo, crecen los robos con violencia e intimidación, de 207 a 301 (+45,4%). Como en otros casos, la pandemia no justifica por sí sola que los datos de este año sean mayores, pues de enero a junio de 2019 fueron 248 casos.

En cuanto a los robos con fuerza en domicilios, establecimientos y “otras instalaciones”, se pasa de los 703 asaltos del año pasado a los 1.015 de éste. La estadística de Interior concreta a su vez cuáles de estos delitos se han cometido en domicilios particulares: 505 en 2021 y 800 en 2022, lo que supone una subida del 44,1%.

Los hurtos también se disparan (de 1.896 a 2.536), algo que también pasa con las sustracciones de vehículos (de 110 a 151), y en menor medida con los delitos relacionados con el tráfico de drogas (de 264 a 283). La estadística finaliza con un bloque dedicado al “resto de infracciones penales”, sin concretar su tipo, que también crece un 11,9% (de 8.520 a 9.530).

En total, sumados todos los delitos, de enero a junio de este año hubo 14.232 infracciones penales. Un año antes fueron 12.010 las que aparecían en esta estadística.