Al ritmo de marchas fúnebres e incluso de envolventes piezas de la Semana Santa como La Madrugá, los bomberos de Almería han vuelto a manifestarse por las principales calles de la ciudad portando un ataúd, con corona y viuda incluida, en esta peculiar segunda protesta que les ha conducido a las puertas de la Alcaldía. Sin poder atravesarlas, allí han reclamado de nuevo “dignidad”.

“Son quince años sin inversiones y si seguimos así, es la muerte de los Bomberos”. Con esta trama, la mayoría de la plantilla, compuesta por cerca de un centenar de trabajadores, ha representado su defunción tras meses ya de intentos frustrados de diálogo con el Ayuntamiento de la capital, según explicaban.

A las once y media de la mañana, el cortejo fúnebre, escoltado por la Policía Local, partía desde el Parque de Bomberos hasta el edificio del Preventorio, donde se encuentra Alcaldía, ataviados con los uniformes, amarillos y ligeros, que emplean en los accidentes de tráfico. “El Ayuntamiento ha querido boicotear la protesta. La concejal de Seguridad ha dado esta mañana órdenes para que solo pudieran acceder al Parque los compañeros de guardia. Pero, mira, se ha roto una puerta y hemos podido entrar a ponernos nuestros trajes de accidente”.

Una viuda llora desconsolada la "muerte" de los Bomberos de Almería

Con esta nota desafinada sumada a los acordes de malestar, la protesta se ha concentrado durante una hora, aproximadamente, en Alcaldía, si bien los representantes de los trabajadores no han sido recibidos por nadie del equipo de Gobierno.

Aunque desde un principio han querido desvincularse de siglas políticas y sindicales, la comitiva, que se dirigía hacia la Plaza Vieja, tuvo de acompañantes en su cabecera a concejales del Grupo Municipal Socialista. Los bomberos hicieron un alto antes llegar a la Casa Consistorial. Pararon en Diputación, puesto que prestan servicios a los municipios de la provincia, por los que el Consistorio recibe anualmente 900.000 euros, dinero que, según denuncian, no es revertido en mejoras ni tampoco los fondos de las aseguradoras “como la Ley establece”, recuerdan. Dos representantes de los trabajadores fueron recibidos por el presidente de la Diputación, Javier A. García, quien “nos ha dicho que la institución provincial paga y cumple su parte”.

Ya en la Plaza Vieja, los bomberos, entre los sollozos de la viuda –la madre de uno de los trabajadores–, leyeron un manifiesto con sus reclamaciones, entre las que destaca el prometido ascenso a la categoría C1, el reconocimiento de los turnos de noche y festivos, la mejora del Parque y dotaciones, o formación especializada.