Pilar Cernuda
La mayor corrupción jamás conocida
Tribunales
La Audiencia Nacional juzga este lunes a un acusado de consumir y difundir de forma masiva propaganda yihadista, que fue detenido en Almería en noviembre de 2023 y para el que la Fiscalía pide cinco años de prisión por un delito de adoctrinamiento o tres años por enaltecimiento del terrorismo.
En sus conclusiones provisionales, el Ministerio Público relata cómo el acusado, A.E.C., pasó desde 2016, y de forma más acusada desde 2022, por un "intenso" proceso de autoadoctrinamiento yihadista a través de internet.
En ese proceso llegó a alcanzar, dice el fiscal, "una total adhesión ideológica a los postulados de la organización terrorista Dáesh, adhesión que exteriorizaba de forma explícita, en sus redes sociales, que utilizaba no sólo para obtener material idóneo para formarse en el ideario yihadista sino también para exaltar el terrorismo islámico y a sus autores y para establecer contacto con terceros a quienes formar a su vez en este ideario".
Con ese fin, el acusado, que ha estado casi un año en prisión provisional, creaba "indiscriminada y continuamente" perfiles en Instagram, Facebook o TikTok, para así tratar "de multiplicar exponencialmente la difusión de contenido radical".
A finales de 2016 comenzó publicando en sus cuentas la imagen de una espada, en cuya empuñadura se podían leer las palabras en árabe "Mahoma es el mensajero de Dios" (que aparecen también en la bandera del Estado Islámico), y que atravesaba un cráneo pintado con los colores y simbología de la bandera de Israel.
A partir de 2020 se dedicó a publicar en los perfiles que va creando y abandonando contenido yihadista accesible a cualquier usuario, y en 2022 comienza a acelerarse el proceso de radicalización y deja de hacer públicos sus contenidos.
Trató de este modo de pasar desapercibido para los cuerpos y fuerzas de seguridad y pasó a una actividad cada vez más privada para interactuar con sus seguidores.
Así, llegó a formar parte de unos 14 grupos de WhatsApp, donde fue más activo que en otras redes sociales, ya que le permitía establecer conversaciones privadas con sujetos a quienes deseaba formar.
Sin embargo, en agosto de 2022 se vio obligado a dejar WhatsApp al ser bloqueado por los administradores, una de cuyas normas es no formar parte de grupos de contenido violento y radical. Eso le llevó a crear perfiles de forma más rápida en otras redes para ganar cada vez más adeptos.
Finalmente fue detenido el 20 de noviembre de 2023 y en el registro de su domicilio en la localidad de Pujaire, en Almeria, se intervinieron numerosos efectos informáticos con propaganda yihadista y cánticos o 'anasheeds' de los que se valen las organizaciones terroristas para hacer llamamientos a la yihad y al martirio.
En su teléfono se encontraron 555 conversaciones de chat, algunas de ellas con una mujer a la que trataba de formar en los postulados del Dáesh.
También almacenaba poemas de autores clásicos de los que se ha apropiado el ideario yihadista para reclamar la "reconquista" de Al Andalus, y Suras del Corán para justificar acciones violentas o la aplicación de la sharía frente a las democracias, a las que califican de "paganas".
En su teléfono fueron hallados además 947 archivos de audio con 'anasheeds' llamando a la yihad global y exaltando el martirio, así como 399 vídeos, algunos de ellos criticando las banderas LGBTI y los matrimonios gays.
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