La propagación del coronavirus sigue causando estragos entre los almerienses y el informe diario de la Consejería de Salud y Familias de este martes recoge cuatro nuevas muertes de pacientes que presentaban complicaciones por la infección de la COVID-19. La estadística de defunciones desde el inicio de la pandemia suma 314 víctimas, con una docena en la última semana, lo que supone un preocupante repunte que constata la mayor presión hospitalaria de la cuesta de enero del coronavirus en la provincia. La tercera ola está aquí y se palpa no sólo en el número incipiente de positivos, sino también en los hospitales en los que se están multiplicando los ingresos y se preparan para el peor escenario.

Ayer 137 personas permanecían hospitalizadas, seis más de las que había registradas este lunes (131), aunque la administración andaluza notificara en su comunicado un incremento de 22 pacientes derivado de algún desajuste estadístico. En la Unidad de Cuidados Intensivos luchan por salvar su vida 41 almerienses, cuatro más que este lunes (37), una estadística que no ha dejado de crecer y que ya se aproxima peligrosamente al máximo registro de 47 pacientes del pasado 26 de noviembre. Tras la reunión que mantuvieron el lunes las autoridades sanitarias y los responsables de la Junta que integran el gabinete de seguimiento de la COVID19 en Almería, se puso sobre la mesa un dato demoledor que evidencia la gravedad de una situación en la provincia: uno de cada tres pacientes que ingresa en la UCI por coronavirus acaba falleciendo.

Todavía sigue existiendo una elevada proporción de pacientes asintomáticos, pero doce muertes en los últimos siete días son demasiadas y más ahora que se ve la luz al final del túnel con el inicio de la vacunación. Los cuatro de ayer se localizan en la capital, Fiñana, Vera y El Ejido. “El coronavirus puede matar a cualquier familiar nuestro, no hagamos más grande la herida de esta provincia en la que ya han perdido la vida más de 300 personas”, argumentaba la delegada del Gobierno de la Junta en Almería, Maribel Sánchez Torregrosa, en un llamamiento a la responsabilidad de los almerienses que “ha demostrado que puede estar a la altura y ahora es el momento”.

El informe que remitió ayer la Consejería de Salud y Familias notificaba 249 nuevos casos en los municipios de la provincia, una cifra que aún siendo elevada constituye un freno a la curva que este lunes alcanzó el récord con 655 contagios. . Sin embargo, ha sido un leve respiro porque las autoridades sanitarias se preparan ya para afrontar el peor escenario con una tercera ola que deje atrás los peores datos de las anteriores. De hecho, la provincia ha empezado el año liderando la tasa de incidencia acumulada de la comunidad y en los últimos días no ha dejado de crecer. En el informe del martes se sitúa en 438 contagios por cada 100.000 habitantes, muy por encima de la media andaluza que tiene esta cota de infestación en torno a los 314 casos. El distrito sanitario Levante-Alto Almanzora alcanzó ayer su techo con 625,8 contagios por cada 100.000 habitantes.

Desde el inicio de la pandemia el virus ha infectado a 24.522 personas incluyendo los 249 nuevos casos detectados en las últimas horas a través Pruebas Diagnósticas de Infección Activa (PDIA), confirmados por técnica PCR o test rápidos de antígenos, de los que 2.123 se han notificado en los últimos siete días y 3.162 en un periodo de dos semanas. La mayoría de los positivos de ayer se concentran en la capital (83), Níjar (28), Roquetas (20), Carboneras (17), Albox (13), Cuevas (11) y El Ejido (10).

El censo de almerienses que han dejado atrás la COVID-19 también crece con los 17 curados de este martes hasta un total de 19.097. En la actualidad son 5.111 casos activos diagnosticados en seguimiento por las autoridades sanitarias en la provincia, un aumento que está haciendo crecer de forma exponencial las hospitalizaciones en la provincia con 137 en la actualidad y 1.630 ingresos desde el inicio de la pandemia.