La expedición de los samuráis de la educación y seguridad vial

La Dirección General de Tráfico lanzaba su nueva campaña de concienciación este jueves con el eslogan “En un siniestro de tráfico puedes morir o perder tu vida” recordando al conductor que cualquier imprudencia, por pequeña que parezca, conlleva en ocasiones consecuencias que le acompañarán siempre. Con tono efectista y emotivo sobre las secuelas físicas, psicológicas y penales, la DGT conmueve y apela a la responsabilidad de los ciudadanos para acabar con una pandemia silenciosa, la de los accidentes de tráfico, que el año pasado provocó 1.154 muertes en España y 19.800 en territorio de la Unión Europea. A pesar de la importancia de estas acciones publicitarias recurrentes de sensibilización, el epicentro de la movilidad segura ya no estaba en Madrid. Se había desplazado 276 kilómetros al sur, a Coria del Río, con el VI Congreso Andaluz de Educación Vial que se había iniciado un día antes.

La Asociación de Técnicos de Educación y Seguridad Vial (Atesvan), en colaboración con la Fundación Smart Baby, protagonizaba un encuentro imprescindible para interpelar a la población sobre las necesidades reales que hoy tienen los pueblos y ciudades en la prevención de los siniestros de circulación. En el Centro Cultural de la Villa Pastora Soler, del municipio con descendientes samuráis fruto de una expedición nipona del siglo XVII, se reunían policías locales y profesionales de la comunidad para aprender de especialistas e intercambiar sus experiencias. Entre los ponentes, destacadas personalidades como el fiscal de Seguridad Vial de Andalucía, Luis Carlos Rodríguez León, Asunción Grávalos, directora del Instituto de Emergencias y Seguridad Pública de Andalucía, Daniel Benítez de la Fundación Feu Vert o los periodistas Orestes Serrano y Maite Cañamares.

Un espacio imprescindible para el debate y aprendizaje de los nuevos desafíos del tráfico y la movilidad segura complementado con talleres prácticos sobre los sistemas de retención infantil, un simulacro de accidente de un autobús escolar y el reconocimiento de los cuartos premios a las buenas prácticas en educación vial de Atesvan y Fundación Smart Baby, con especial protagonismo de los que están contribuyendo desde pueblos y ciudades andaluzas a formar a miles de niños en las normas de circulación y, sobre todo, en los valores y cultura de la seguridad vial. En esta localidad bañada por el Guadalquivir, en la que al menos 600 de sus 30.000 vecinos se apellidan Japón, se abordó la importancia de las alianzas de lo público y privado y la exigencia de que los medios contribuyan a la prevención.

Y la delegación almeriense fue especialmente amplia y activa con la participación en las charlas del alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, y el director de Diario de Almería, Iván Gómez, que también recibió uno de los premios periodísticos, así como las distinciones al agente Miguel Ángel Fernández de la Policía Local de Vícar y a José Francisco Cano de la Vega, comisario principal jubilado de la Policía Local de Fuenlabrada y fundador de la asociación Unijepol que reside en San José desde hace una década. Sin olvidar el importante papel del fiscal de Seguridad Vial de Andalucía, que es hijo de un almeriense de Las Salinas de Cabo de Gata que emigró a Ceuta, y los agentes del Gabinete de Educación Vial de Roquetas, Rafael Moya y Ricardo Alemán (vicepresidente de Atesvan), que impartieron uno de los talleres de sistemas de retención infantil.